Cuando el ángel del licor oscuro se hace óvalo azul, la poesía parece el pan del desterrado. Te invito al banquete a sabiendas de que es sólo un festín de palabras y sentimientos más o menos ocultados, alguna vez exteriorizados, siempre íntimos.
lunes, 4 de julio de 2011
FRANCIS JAMMES
El campesino
El campesino, cuando el sol se pone,
con su rebaño de la feria vuelve
por el sendero. Muchas veces, duros,
los becerrillos en volver se obstinan,
y, para que adelanten, es preciso
tirar con una cuerda de su cuello.
Mas los becerros, de húmedos y blancos
hocicos, muerden la tirante soga.
De pronto alguna oveja se desmanda,
y el perro del pastor, perro amarillo
que parece tallado de madera,
la persigue ladrando y revolviendo
nubes de polvo en el camino. Al borde
del camino hay un seto; la pradera
tras el seto se extiende; la campiña
dilátase después; en sus confines
se oye el son del torrente; los ribazos
más allá se recuestan, con extensos
cuadros rojizos, verdes y amarillos.
Donde acaba el ribazo, por encima,
pero mucho más lejos las montañas
encúmbranse; y encima de los picos
el aire ilimitado se prolonga.
(c) Ilustración: Molina Campos
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