Comida
celestial, pan cuyo gusto
es tan dulce, sabroso y tan suave, que al bueno, humilde, santo, recto y justo, a manjar celestial, como es, le sabe; Justa condenación del hombre injusto si come el pan de Dios se encierra y cabe; el sumo Dios que en sí se da y oculta diga el bien que de tanto bien resulta.
Pan de
ángeles, Dios tan verdadero,
que, aunque se quiebra, se divide y parte, está un inmenso Dios, trino y entero, en cualquiera migaja y menor parte; Agnus Dei, sincerísimo Cordero que en pan al pecador gustas de darte; pues eres todo Dios, el que es bastante, de su deidad en sí cifrada cante. |
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Eres, pues,
Dios, de tu deidad tan digno
que no hay justo ni santo entre los santos
que no se juzgue y tenga por indigno
de bocado que da regalos tantos;
eres Pan para el bueno, tan benigno
que de tribulaciones y de llantos
le produces y das gloriosos bienes,
y para con el malo los detienes.
que no hay justo ni santo entre los santos
que no se juzgue y tenga por indigno
de bocado que da regalos tantos;
eres Pan para el bueno, tan benigno
que de tribulaciones y de llantos
le produces y das gloriosos bienes,
y para con el malo los detienes.
Eres, pan celestial, lo figurado
de aquel maná sabroso del desierto;
Tú lo vivo y aquello lo pintado,
aquello la figura y tú lo cierto;
eres, pan, tan glorioso y endiosado
que a decir tus grandezas yo no acierto:
las angélicas lenguas lo prosigan,
que faltas quedarán aunque más digan.
de aquel maná sabroso del desierto;
Tú lo vivo y aquello lo pintado,
aquello la figura y tú lo cierto;
eres, pan, tan glorioso y endiosado
que a decir tus grandezas yo no acierto:
las angélicas lenguas lo prosigan,
que faltas quedarán aunque más digan.
Fray Luis de León
José Luis Molina
Calabardina, 17 abril 2014. Jueves Santo
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