
Te quiero sin que sepas que te quiero,
antigua Elia, llave segura otrora
del reino, piedra mutilada ahora,
esparcida por el suelo, que fiero
fuera cuando luchaste, y no sugiero
gloria alguna, brava, con la hueste mora,
a la orilla fértil del noble Guadalora,
ayer remanso, hoy el cuento que refiero.
Invadida de gentes extranjeras,
peones emigrantes angustiados,
de cemento y ladrillo, legalmente
eres asfixiada. Si globalmente
confundida y tus hijos derribados,
Itálica serás después que mueras.
Texto: J. L. M.
Ilustración:
Hermoso soneto con expresiones desconocidas, hasta ahora para mí, como Elia y Guadalora. Mi agradable sorpresa y mi enhorabuena por éste nuevo bloguero.
ResponderEliminar