Casa de José Musso
Epítome laico de un dolorido, por grave,
terror poderoso venido de ajena mano,
seísmo opaco a la ciudad de segura llave
abatido ha y situado tan cerca de inhumano
abismo horroroso, que la vida vale poco
si aforme piedra infame resbala de su centro
y, como desbocado potro del susto loco,
sigue el mandato que Natura impone. Por dentro
del alma aún palpita el miedo. Semeja llanto
a impresión primera. Si se indaga más, canto
monacal es y gregoriano. Atiende, oh Dios: mira
si hay dolor como el del pueblo que en interior pira
arde, mientras contempla cuanto derrumbe ordena
mortal tragedia. ¿No será este mal ruin condena?
José Luis Molina
Antigua muralla de Lorca al final de la Cava
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