Cuando el ángel del licor oscuro se hace óvalo azul, la poesía parece el pan del desterrado. Te invito al banquete a sabiendas de que es sólo un festín de palabras y sentimientos más o menos ocultados, alguna vez exteriorizados, siempre íntimos.
miércoles, 17 de agosto de 2011
MANOEL ANTONIO (1900-1930)
LECER
Gavotas que levan n-o peteiro
as cartas d'os mariñeiros namorados
Vapores burgueses
que nos ofrecen a remborque d'o seu fume
Pero as nosas velas encalmadas
espantan a bandazos
as horas como moscas
Vigo está tan lonxe
que se desourentaron as cartas mariñas
Unha pipa mais
de vagar
deica ver a hora que da o reloxe
Entra unha fría de vento?
-moi ben!
Enrolara-se a pausa
n-as suas espiraes
E non sabemos
(abonda sa de paréntesi)
engadir-nos outra volta
a todo eso que se nos esquenceu.
OCIO
Gaviotas que llevan en el pico
las cartas de los marinos enamorados
Vapores burgueses
que nos ofrecen el remolque de su humo
Pero nuestras velas encalmadas
espantan a bandazos
las horas como moscas
Vigo está tan lejos
que se desorientaron las cartas marinas
Una pipa más
lentamente
hasta ver la hora que da el reloj
¿Entra una ráfaga de viento?
-¡muy bien!
Se enrollará la pausa
en sus espirales
Y no sabemos
(basta ya de paréntesis)
añadirnos otra vuelta
a todo eso que se nos olvidó.
(Manoel Antonio/Manuel Antonio, De catro a cxatro / De cuatro a cuatro, Prólogo y traducción de Miguel González Garcés, Rialp, Madrid,, 1979)
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