Jacinto Herrero Esteban |
Arreciados vientos renacen fuertes.
El sol, en los calafates breados.
Por la solana, ululares creados
para un pálido recuerdo de las muertes
habidas en el ponto argivo: suertes
dispares para ámbitos sombreados
pobremente ocultos. Retorneados
mascarones conducen a Laertes,
mientras las golondrinas, en los cabrios,
soliloquios romanceados gritan,
homenaje a Jacinto Herrero Esteban,
poeta de tierra abulense, agitan
palabras heridas entre sus labrios
amorosos. ¡Vientos lebeches beban!
Calabardina, 23 de abril de 2012
José Luis Molina Martínez
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