Cuando el ángel del licor oscuro se hace óvalo azul, la poesía parece el pan del desterrado. Te invito al banquete a sabiendas de que es sólo un festín de palabras y sentimientos más o menos ocultados, alguna vez exteriorizados, siempre íntimos.
viernes, 18 de marzo de 2011
JACINTO HERRERO ESTEBAN
Las navidades de Jacinto Herrero Esteban (VIII)
1981
Ávila, clara te irás
a azules praderas de viento que claman
tu nombre.
Alta, altiva, ingrave,
creces
desde la acidia, desde la piedra,
desde la humana e inhumana estolidez.
Hoy te requiero, mi ciudad, escucha:
cuando creas morir,
cuando no sufras ya
nuestra cansada dejación,
no dudes más (oh, sí; supe que dudas,
ahincados tus muros en la roca,
erguida en el deseo)
huye y sálvate, y, para siempre,
cuídate y sé libre.
Atiende la llamada que recorre
el ventalle de cedros en la almena:
Asciende al fin -¿no oyes?-,
como todo lo hermoso, tú has de ser eterna .
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario