Cuando el ángel del licor oscuro se hace óvalo azul, la poesía parece el pan del desterrado. Te invito al banquete a sabiendas de que es sólo un festín de palabras y sentimientos más o menos ocultados, alguna vez exteriorizados, siempre íntimos.
domingo, 3 de abril de 2011
JACINTO HERRERO ESTEBAN
Las Navidades de Jacinto Herrero Esteban (XVI)
1993
En Belén, esa villa, la casa de David,
no le dieron posada al que está por venir;
decía el hostalero que los pobres allí
íbanse a un cobertizo en la noche a dormir.
Mano a mano que fueron al establo llegados,
hallaron un pesebre para el asno cansado;
había por acaso un buey enmaromado,
cuyo aliento tenía el heno escalentado.
En la noche cerrada vieron lumbres arder,
cual vemos por agosto en los cielos correr;
supieron los pastores estos signos leer,
que un niñuelo entre el heno habría de nacer.
Dicho dejó esto el varón Isaía,
que una doncella pura pariría a Mesía;
ella como la luna toda resplandecía,
que la lumbre del sol ella esclarecía.
El sol, como de noche, estábase escondido,
Que lo que ver pudieron era un niño dormido;
El niñuelo es la paz que habían prometido
Los ángeles cantores a todo bien nacido.
El Maestro de Berceo
por la transcripción:
Jacinto Herrero Esteban
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