Las Navidades de Jacinto Herrero Esteban (XVI)
1993
En Belén, esa villa, la casa de David,
no le dieron posada al que está por venir;
decía el hostalero que los pobres allí
íbanse a un cobertizo en la noche a dormir.
Mano a mano que fueron al establo llegados,
hallaron un pesebre para el asno cansado;
había por acaso un buey enmaromado,
cuyo aliento tenía el heno escalentado.
En la noche cerrada vieron lumbres arder,
cual vemos por agosto en los cielos correr;
supieron los pastores estos signos leer,
que un niñuelo entre el heno habría de nacer.
Dicho dejó esto el varón Isaía,
que una doncella pura pariría a Mesía;
ella como la luna toda resplandecía,
que la lumbre del sol ella esclarecía.
El sol, como de noche, estábase escondido,
Que lo que ver pudieron era un niño dormido;
El niñuelo es la paz que habían prometido
Los ángeles cantores a todo bien nacido.
El Maestro de Berceo
por la transcripción:
Jacinto Herrero Esteban
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