Las Navidades de Jacinto Herrero Esteban (XXII)
1999
rocío luminoso es tu rocío
Is. 26, 19
que convierte en estrellas el rocío
posándose en el heno. Amigo mío
desde una infancia que cercana siento.
Esta caña que agita el pensamiento
Tú la arrancaste de un bancal baldío;
cercenaste la caña, su albedrío,
y diste a su raíz un nuevo aliento.
Los salmos nos dijeron que era el hombre
la hierba que crecía en el terrado
y mañana no está. Pero tu cuna,
de paja y cañavera, se ha poblado
con estrellas de escarcha, y una a una
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