Cuando el ángel del licor oscuro se hace óvalo azul, la poesía parece el pan del desterrado. Te invito al banquete a sabiendas de que es sólo un festín de palabras y sentimientos más o menos ocultados, alguna vez exteriorizados, siempre íntimos.
viernes, 22 de abril de 2011
JESÚS TOMÉ
Cada tarde, y a la hora
en que hace tristeza, vengo
a la sombra de las penas
a esperarme. Mucho tiempo,
igual que el polvo, me cae
sobre los hombros. Me quedo
tan largamente mirando
el camino, que, a lo lejos,
veo que no viene nadie,
que todavía no vengo.
Y así otra tarde. Mañana
volveré. Tal vez. De nuevo
hará mucha soledad
y nadie habrá en el sendero.
Un día cualquiera. Un día
en que haga tristeza, vengo.
Me encontraré en cualquier sitio.
Muerto.
(De Traigo esta tristeza, 1960).
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