sábado, 28 de enero de 2017

SUBURBIO. Rafáel Sánchez Campoy. 1933




Estas callejas angostas,
estos hombres decaídos,
estas mujeres sin alba
me han herido.

He llegado hasta el suburbio
leproso, el suburbio tísico
de ensueños y de emociones...
Vuelven mis pasos vacíos
por el suburbio sin nombre
lacrado, hostil, necio, frío,
asmático de rameras
y corazones dormidos.

Dolor de ciudades claras;
sombra de engaño y de vicio.

Grises, grises; gris en todo:
obsesión y escalofrío.
Obstinación progresiva
de un gris sucio, repulsivo.

Grises las almas; el cielo
gris; el loco vocerío
de cafés y de pianolas
gris también.

Sombra y vacío
en las almas.
La muchacha
buena que aun no se ha vendido
tiene gris el corazón,
sin futuros de idealismo.

Sinfonía eterna de grises
en el suburbio maldito.

Madres grises. Las conciencias
grises también.

Gris el niño.­

Rafael Sánchez Campoy

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