miércoles, 29 de junio de 2011

MUERTE ANÓNIMA


Tendió su red la Muerte.
Ya no es la Parca
pescador codicioso
de anzuelo y caña
con engaños y cebos
que al pez atraigan:
quiere miles de presas
en la redada.
No es cazador que funde
su plomo en balas
y extrema puntería
cuando dispara.
Es el botín que espera,
si va de caza,
tan grande, que los perros
ya no le bastan.
Hiere artera y oculta,
sin dar la cara,
y es la muerte que envía
tumbo en la nada;
muerte anónima, muerte
que no es hazaña
para el muerto, ni gloria
para el que mata.
Muerte envuelta en escombros,
sorda matanza,
semilla de rencores
entre las razas.
El ciego azar la rige,
gobierna y manda.
Caín en ella tiene
puesta su marca.
Pero el destino cifran
estrellas claras.
¡Hombre, afronta el destino
con fe y audacia,
con el pecho desnudo,
la frente alta,
la mano vigorosa
y en ella, un arma!

Enrique Díez Canedo
Se publicó dos veces: una en "Poesía Española. Suplemento del Servicio de Información" (Valencia, 1938) y en LUMEN (Guanajuato, México, 1939). Expresa su situación en los acontecimientos de la guerra (in)civil.

Ilustración: Ángela Mula (Grabado)

HACIA TIERRA BAJA



Rejas de hierro, rosas de grana.
¿A quién esperas,
con esos ojos y esas ojeras,
enjauladita como las fieras
tras los hierros de tu ventana?
Entre las rejas y los rosales,
¿sueñas amores
de bandoleros galanteadores
fieros amores como puñales?
Rondar tu calle nunca verás
eae que esperas, porque se fue
toda la España de Merimée.
Por esta calle -tú elegirás-
pasa un notario
que va al tresillo del boticario,
y un usurero, a su Rosario.
También yo paso, viejo y tristón.
Dentro del pecho llevo un león.


Antonio Machado.
Por esos mundos, 7 marzo 1926.


martes, 28 de junio de 2011

ANTE UN RETRATO



Tal fui cual tiemblo en esta imagen fría,
cuando luz era mi pensar primero
y tras las sirtes de lo verdadero
hervía resurgiendo mi poesía.


Hoy me envuelve la calma; velo fiero
cubre el suelo que lejos florecía,
ave palustre en la ribera pía,
y yo poco amo ya y nada espero.


¡Oh imágenes de gloria, vana espuma!
¡Tú, vencedora Italia, y con firmeza
tu libertad del arte coronada!


En el fango de hoy no resta nada
más que arrojar desdenes por la pluma
y a las Parcas, un día, mi cabeza.


Giosué Carducci.
Por esos mundos, 7 de marzo de 1926.

lunes, 27 de junio de 2011

UN PAISAJE DE ÁVILA


Triste, el jardín, evoca la amargura 
de mi cansado espíritu; a lo lejos 
un tibio sol declina y sus reflejos 
nos presagian lo noche eterna, oscura... 
 
Los cipreses, hogar de mi aventura, 
se doblegan temblando como viejos, 
y la fontana en círculo de espejos 
solloza entre jazmines su locura. 
 
Plegarias funerales ya recita 
el viento, que sonoro precipita 
los húmedos topacios del aroma. 
 
El cielo se desgarra vacilante, 
¡Y el ensueño pasó: mudo y errante, 
con la figura azul de una paloma! 
Adolfo de Cuenca

sábado, 25 de junio de 2011

ELIODORO PUCHE TRADUCE A BAUDELAIRE



Ya se conocía más o menos bien la dedicación de Eliodoro Puche a la traducción de poetas franceses. Ya me ocupé de eso hace muchos años cuando Ángel Montiel dirigió la revista MÁRGENES que, por supuesto, debe andar por Lorca, en alguna de esas maltratadas estanterías que el terremoto me ha descuajeringado. Hasta octubre o noviembre no voy a empezar a arreglar aquella casa por razones obvias. Pero, todo esto no implica el que me olvide de este blog aunque, la verdad, debo rebuscar mi idea primitiva o primigenia. Ahora la cosa funciona a salto de mata, aquí te pillo aquí te mato.


Veamos, pues, unos ejemplos:

CORRESPONDENCIAS
Naturaleza es templo de vivientes pilares
que murmuran palabras de un idioma ignorado;
una selva de símbolos donde el hombre extraviado
siente caer sobre él miradas familiares.

Como ecos prolongados de lejos confundidos
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la noche, como la claridad,
se responden colores, perfumes y sonidos.


Y son perfumes frescos como carnes de infantes,
verdes como praderas, dulces como el oböe,
y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes,


como el almizcle, el ámbar, el incienso, el alöe,
de una expansión de coros infinitos ungidos,
que cantan los transportes del alma y los sentidos.


LA GIGANTA
En tiempo en que natura en su verbo imperante
concebía cada hora un hijo monstruoso,
yo habría vivido al lado de una joven gigante
como junto a una reina un gato voluptuoso.


Verla, cómo con su alma su cuerpo florecía,
crecer en sus terribles juegos y adivinar
si incubaba en su pecho una llama sombría
en las nieblas que viese en sus ojos flotar.


Recorren a mi gusto sus formas prodigiosas,
trepar la cima de sus rodillas grandiosas,
y, en estío, cuando el sol de laxitud la baña


haciéndole extenderse en los campos amenos,
dormir largamente a la sobra de sus senos
como una pobre aldea al pie de una montaña.


(De Cosmópolis, nº 34, octubre 1921, pp. 321 - 326).



jueves, 23 de junio de 2011

MUJER SIN ALCUZA



La mujer deja la alcuza sobre su soledad.
Observa
la ciudad nocturna con sus negras pupilas
donde habitan, furiosos, sólo pájaros ciegos.
Mira las luces de neón, su colorido
de acompasado parpadeo y respira
el turbio aroma de las calles flageladas de lluvia.
La mujer ha doblado su chal. De pie, junto al espejo
se coloca su nuevo vestuario de colores. Con manos
espectrales pone flores y plumas en su triste cabeza
carcomida de horas. Lentamente, en su rito, completa
su disfraz con guantes y zapatos de drag-queen.
No oye, no habla, no se ríe.
Desprende un viento frío de orfandades
y un hálito de flores derrotadas.
Esta mujer, viajera de lo inmóvil,
jamás descansa en estación alguna.
Puede tardar, mas llega a su destino,
a su espacio de tránsito, puntual y sedienta.
La mujer prepara su maleta:
para este nuevo viaje nada debe olvidar.
Como joyas maléficas va guardando cuidadosamente,
la coca, el éxtasis, el sida, la heroína.
un nuevo álbum de fotos y una lista.
Esta mujer de paso leve y actitud sombría irá hacia la noche
y entre una multitud ebria de luces y de sombras,
ebria de música, cumplirá cual verdugo su destino.




Luzmaría Jiménez Faro
TORREMOZAS

lunes, 20 de junio de 2011

ESOS VOLÚMENES ROSTROS



                    I
tal vez admiración, encanto
o esa palabra hecha ya volumen
y definición general del pensamiento
que se produce, que se enreda, por qué,
en la misma sustancia del asombro


porque vuelan garzos los ojos
o el asustado labio, ya por el
contexto general, ya por la visión
horrenda de ese apretar de dedos
para que la figura exprese
verdaderamente el asco y no nada


o el dolor, porque ya es
máscara ya es pantomima
y un llanto salobre de poemas,
cuevas de sonidos sus cuencas
vacías por el constante mirar,
por el constante picar de pájaros,
imágenes de imágenes y otras cosas


y ves que ciertamente no
expresan simpatía, pero miras
constantemente de soslayo
porque no aciertas a traducir
esa expresión de trágica soledad,
o buscas el sentido de esa
admiración o encanto asco o dolor,
en el volumen y otras cosas
que entrevés pero no aciertas
a saber qué ni a comunicar
esas máscaras azules o incoloras
esos volúmenes rostros


José Luis Molina
5 abril 1973



jueves, 16 de junio de 2011

JUAN DEL ENCINA





Yo me estava reposando, 
durmiendo como solía. 
Recordé, triste, llorando 
con gran pena que sentía. 
Levantéme muy sin tiento 
de la cama en que dormía, 
cercado de pensamiento, 
que valer no me podía. 
Mi passión era tan fuerte 
que de mí yo no sabía. 
Conmigo estava la Muerte 
por tenerme compañía. 
Lo que más me fatigava 
no era porque muría, 
mas era porque dexava 
de servir a quien servía. 
Servía yo una señora 
que más que a mí la quería,
y ella fue la causadora 
de mi mal sin mejoría.






El que quiera oír el romance cantado que clique en el siguiente enlace


http://www.youtube.com/watch?v=4qi12Ul7RCE




ELIODORO PUCHE, LA ESFERA Y MARIANO HERNÁNDEZ 2





Emoción del mar


Sobre el mar tan sereno que es de cristal bruñido,
el crepúsculo cierne sus alas luminosas...
¡Cómo esta tarde limpia, alma mía, reposas
en el ensueño casto de un amoroso nido!


Mar: mi corazón quiere naufragar en tu hondura;
recibir en tu seno los besos de este ocaso,
beber vinos de luz en el más puro vaso;
embriagarse del dulce néctar de tu hermosura;


sentirse -cuando el vuelo de la noche se instala
bajo el azul celeste, sobre tu azul sereno-,
sentirse, como un niño sinceramente bueno;
ser de esa luz lunar que a tu fondo resbala.


Mi corazón quisiera navegar en la nave
de oro del crepúsculo sin rumbo conocido,
y tornar algún día, de los desconocido,
a través del ensueño, volando como un ave.


Eliodoro Puche
La Esfera, nº 475, 10 febrero 1923

miércoles, 15 de junio de 2011

ELIODORO PUCHE, LA ESFERA Y MARIANO HERNÁNDEZ 1



VÉSPERO

Viejas calles sinuosas
llenas de encrucijadas
conducen a la iglesia que se eleva
en la vetusta plaza.


La tarde en este otoño
evoca la fragancia
-en el recuerdo- de una novia antigua
que nos dejó la vida iluminada,
como este sol que cubre de oro y rosa
la paz -casi tristeza- provinciana.


Cruzan por la memoria
sombras ingenuas, ¡ya tan olvidadas!,
que aún tienen transparencias
ideales en el alma
y voces que conducen el presente
a ilusiones de ayer con sus palabras.


Tan, tan... Se va llenando el atrio
de gentes enlutadas.
Y siempre, de la torre, lenta, cae
el lánguido tañir de la campana.


Eliodoro Puche, nº 485
La Esfera, 21 de abril de 1923

martes, 14 de junio de 2011

ELIODORO PUCHE, LA ESFERA Y MARIANO HERNÁNDEZ


Mariano Hernández, para los que apenas sabemos el abc del ordenador, es un destacado sabelotodo visual e informático. Oye decir, por ejemplo: Eliodoro escribió en La Esfera. Y coge su ordenador, se mete por los vericuetos del arte (electrónico) y encuentra lo que antes necesitaba un viaje a Madrid. De la mano de Mariano Hernández, ya puse en este bloog poético y más o menos como un cajón de sastre, otros poemas de esta revista madrileña. Me ha enviado otros hallazgos que voy a dar a conocer poco a poco, o sea, día a día.





BALADA DE LA CARNE EN OTOÑO

Esta noche, ¿no sientes el corazón latir?
Bajo la luna, se hace de luna el pensamiento
y ese recuerdo que nos vino a herir,
hace una rosa rota del corazón sangriento.
Hay una tempestad en la cabeza
harta de meditar...
Luto de ideas llenas de tristeza
y palabras que nacen para hacernos llorar.

Esta vida, que al fin y al cabo
es polvo, se quisiera
dormir bajo la tierra hermana...
Bajo la tierra que socava
mi carne en primavera,
he de dejar su forma humana.
Cansancio,
me pones como muerto...
De mis últimas flores, hoy escancio
la miel de oro... El huerto
otoñal se ha quedado seco y frío...
Mi corazón parece que no es mío...
No sé qué mano me cortó las alas...
Mi espíritu desnudo está y sin galas...
Mi carne pecadora se deshace
y, aun cuando vive, como muerta goce.
Pasa tu mano aquí... Tu mano
santa sobre mi pecho. ¿Oyes las voces,
¡amada sin amor! de mi dolor lejano?...
¿Verdad que oyes mi pena y la conoces?

La Esfera, 19 de marzo de 1921.
Dibujo de Verdugo Landi

jueves, 9 de junio de 2011

JOSÉ LUIS PRADO NOGUEIRA

Comentario

 

Lo que son las cosas de la vida no lo son las cosas del querer. Viene esto a decir que, aproximadamente por los años setenta y alguno del pasado siglo, tuve noticias a través de un ensayo de Félix Grande, Apuntes sobre poesía española de posguerra (Madrid, Taurus, 1970) de la bondad de la poesía de Prado Nogueira, pero he tenido que esperar hasta 2010, cuarenta años de nada, para poder leerlo, pues no encontraba sus libros, hasta que los he conseguido en una librería de viejo, junto a la OBRA POÉTICA COMPLETA de José Luis Hidalgo (Santander, Instituto Cultural de Cantabria, 1976).

                                                      Félix Grande, al que conocí personalmente

De Prado Nogueira escribe Félix Grande: "José Luis Prado, uno de los poetas más vigorosos y de una circulación aberrantemente restringida en proporción a su merecimiento, ha publicado
Oratorio del Guadarrama (1956),
Respuesta a Carmen (1958),
Miserere en la tumba de R. N. (1960),
Sonetos de una media muerte (1962),
La carta (1955)
y
La rana (1969);
Prado es de un dramatismo denso y avasallador. En pocos poetas españoles se advierte como en él lo que cuesta escribir. Su lenguaje es de una gran riqueza, en el que la expresividad y la contención se ponen al servicio de una problemática ensordecedoramente sufrida y analizada. Él demuestra el hecho de que la desesperación es también una respuesta agresiva al tejido misterioso de sus causas. Tengo a Miserere por uno de los poemas sobre la muerte más grande de toda la lírica española".

                                                              José Luis Prado Nogueira

                       La tristeza

BAJO la sombra incierta, la desnuda
acacia nos acoge. Tú a mi lado.
Se filtra el sol. El sol dibuja, a golpes,
símbolos vagos en tu piel morena.
Una muchacha cruza por el cielo
su líquido perfil, que tú no puedes
explicarte. (Señor, ¿el agua flota
en el aire?) Una vaca muge. Muge
-Lola tiende la ropa- a contrapunto
de la canción de Lola. Hay brisa. Corre
la dulzura del tiempo. Sí, se filtra
la universal ternura. Los lagartos,
las acacias, las piedras, la mañana
cuajada en luz en los picachos, llenos
de festones los cielos y las tierras...
Tú y yo bajo la acacia. Y, sin embargo,
ahora estoy triste, estoy triste de vida.
Estoy triste. ¿Por qué? Dientes de leche,
ojos de trigo en ti. Pero estoy triste.
No sé si sé que no día no lejano
te olvidarás de todo y a otras ínsulas
contigo a cuestas partirán tus sueños.
Este mundo tan puro
se quedará sin ti. Tú irás ganando
esta tristeza que hoy se me anticipa,
la oscuridad del alma, la industriosa
voluntad d ela hormiga, los venenos
mortales; el sombrero, la carrera,
la ciudad, las mujeres... ¡tantas cosas!
Ha de ser así todo. Es necesario
que sea así. Es preciso que yo sepa
que debe ser así. Es preciso que yo sepa
que debe ser así, en esta mañana
tan abierta de luz
que el alma se lastima,
tan misericordiosa
que los ojos se cierran lentos, íntimos,
mientras vuelve a cantar Lola, y emigra
la líquida muchacha por el cielo,
y tú, absorto y turbado, piensas cómo
podrá flotar el agua así, en el aire.

(De Oratorio del Guadarrama)

viernes, 3 de junio de 2011

SÓLO VOLVERÉ PARA LOS ARREGLOS

Los días sin paz

Desde el pasado día 11 de mayo, los días han venido sin paz, bueno, sin paz externa. No es que no me preocupe, que lo hace muy poco, los desperfectos sufridos en los enseres familiares.  Son sólo eso, enseres que alguna vez nos hicieron felices porque eran recuerdos de un viaje, de un detalle, de un afecto.


La onda expansiva abrió los armarios y tiró al suelo muchas cosas, otras las respetó. ¿Cómo hizo el sismo la elección? Observo cinco tazas, en el suelo estará la sexta. Bien es verdad que nadie ha tomado café en estas tazas que estaban de adorno.


Sobre esa mesa y por el suelo están los restos de cuanto cayó del armario. Pronto empezaré a pensar que hay que recoger esa basura del suelo. Posiblemente sea el martes.

Las estanterías han sido abatidas. En este habitación, ha sido, una de ellas, detenida por un aparador. Hay que recoger los libros para que no sufran deformación alguna. El martes que viene empezaremos la tarea.





Por la destrucción de los monumentos civiles o religiosos, sólo tengo dolor. Aunque alguno de ellos, como la Casa de las Columnas, ya podía haber estado arreglado antes de este debacle.




EPITAFIO EN FORMA DE SONETO

Por no sufrir la cruel visión de cuanto, roto,
perece por el suelo desolado, frío;
por no sentir en la mirada cuanto mío
yace por la violada tierra, un ocre coto


de innoble descalabro, flor hundida en Loto
elevo sobre torre desmochada en pío
sufragio, sobre el muro abatido en el río
de la vida: acoge, Lorca, mi triste voto.


Todo parecía del cielo bendecido;
todo alababa fértil llano alabastrino;
todo aclamaba el claro lirio sin abrojo.


Mas rompió tu solio con vil rigor crecido
el siniestro terremoto. Con daño vino.
Templo ni palacio queda: todo es despojo.


                                                       José Luis Molina


Fotografías: J. L. M.


La Corredera. Al fondo, la torre del antiguo convento de Clarisas. Hacia 1940.