martes, 27 de octubre de 2015

DESDE EL MUNDO CLÁSICO COMO CANON DE BELLEZA. 1.








SI ECO HUBIESE SIDO SÁFICA...
Narciso, junto a la fuente, al asomar
su efigie, vio en el agua el rostro
hermoso de su amada. Quiso besar
sus labios de Oréade rosa y cayó
sobre la corriente nemorosa.
Murió de amor al mal amante.
Murió de belleza el ilustre desamorado.
Mírate, hombre de jade,
en el silencio rumoroso de la tarde,
y escucha a Eco repetir palabras
de amor enamorado, amor enamorado.
Narciso es una fuente de agua salida
de los sus ojos tan fuertemente llorando.
Eco es un laurel oloroso perseguida
por los dioses y los hombres lascivos,
hasta que apareció por la orilla de la Cala.
En el rincón de la calle Tranquila
escribía sus viejas historias de amor
que, a veces, cantaba si estaba a mano
la lira de Orfeo, otro difunto ilustre
que no supo vencer el ansia de mirar
las bocas del infierno que le seguían.
Eurídice quedó cerca del susurro amoroso
de la música órfica. La Sibila adujo
su experiencia: "Al final, todo es desilusión
por los días vividos y el amor una pompa
de jabón". De los árboles colgaban
los lamentos de Eco, el espejo de Narciso,
la partitura de Orfeo, el eterno silencio de Eurídice.
Tinta violeta es con la que escribe Narciso.

Si Eco hubiese sido sáfica, en su estrofa
estaría ella misma y la dulce Eurídice,
que aún permanece en el lugar inferior
que aparece cuando se atraviesa la Estigia
en griega nao conducida por Caronte.
Cuentan que el barquero llora mientras
pasa el otro lado de la vida portando,
en su fúnebre barca ornada de tules y
negros velos, bellezas insondables que
hubieran hecho (in)felices a esos dioses
con barbas de chivo que babeaban,
seminales, ante unas caderas de ánfora.

Mas no todo fue como fue y esto es así
porque así he resultado en esta primera
hora de la mañana de hoy, bajo la sombra
del ficus verde oscuro donde reflejo
mi memoria en estos pocos versos
tras los que escondo cuanto he dejado
de vivir, porque de la vida se aprende
una vez que ya no hace falta. Mas Eco,
desfalleciente de amor, no deja de ser
un recuerdo salobre que pone una azul
sonrisa en el momento justo en el que
concluye este poema no sé si edípico,
sí estéticamente bello,
por las diosas (mujeres) habi(li)tadas.


ECO Y NARCISO

lunes, 26 de octubre de 2015

DESDE EL MUNDO CLÁSICO COMO CANON DE BELLEZA

Pintor Rosique



SONETO ROTO

¡Oh, reina!: equivocada ruina fuiste
desde el alba que, con Orión sin noche,
era temblor dorado sobre el coche
del auriga Faetón. Anduviste

pareja ruta con marcado rumbo
y jamás saliste del heredado
trono parecido al solio encarnado
de un pontífice falsario. De tumbo

en tumbo, sólo en tu espejo veías
tu figura, nada que Vos más bella:
jamás supiste amar el lado hermoso.

Daño hiciste, torpe ánima infractora
del silencio y el claustro. Te pensaste
modelo y eras remedo de ti misma.





Fotografía: José Luis Molina

domingo, 30 de agosto de 2015

ALGO OSCURO Y ENEMIGO: José Luis Molina


(c) Castillo de Cuéllar. Fotografía: José Luis Molina.


Quizá sólo fuese una temporal emoción
o la necesidad de no contar el tiempo
lo que le hizo, posesión exquisita, abrir
el libro que apretaba en la mano, negra
la encuadernación como si un jade deviniese
en boca de lobo, como si el ópalo figurase
en el silencio sin huellas, como el cuadro
barroco de una beata amante de la feminidad,
abrir el libro como efecto fatídico, como si
el centinela impidiese al centauro empuñar
su lanza, protomártir por la roca de Cirene
que quiso coger cuando se rasgó la hoja
y se hizo arena que lo enterró en vida.
Jamás tomó el tren que esperaba para el viaje
por el alfabeto de los sueños olvidados,
por el correlato risueño de la imaginación,
por el santuario de los lamentos sin luz,
es más, en el suelo quedó, como si fuese
el resto de un legendario mundo sin averno,
el libro de versos que gemía convencionales
motivos: esencia de retama, dije de oro.
Porque los mitos ya no estaban en el género:
acogido su espíritu, no te sabría decir,
si al tiempo de que el cuerpo fuese lividez
o concreta circunstancia intempestiva,
Palinuro pedía a Eneas salir de nuevo
al mundo para que alguien recogiese su cuerpo
insepulto e hiciese una hecatombe para descansar
en paz el resto de su muerte.
Nadie jamás halló de nuevo la nave porque
la Sibila de Cumas la varó junto al templo
de los ángeles bucinadores del oboe,
a la espalda de la precaria Plazuela de las
Obediencias, lejos del mar del castigo.
No, no tenía que haber ocupado dicho lugar,
ni esperar a la hora sepia de la media tarde
para iniciar el regreso mientras nadie sabía
de su tristeza y todo parecía feliz y duradero,
quizá aquella fuese la luz que luce el tren
cada vez que inicia el ritmo mítico
que simboliza el no retorno, la desolación,
el sueño eterno. Ya tengo este yo para hablar
veladamente porque la circunstancia une
la presencia y la ausencia y hablo
con el misterio de la muerte porque la vida
de la muerte es cada una de las palabras
que se dicen a la madre nada más despertar,
las palabras que en el infierno terrenal
no se le confiaron, las que quisiste pronunciar
felizmente y las que a ella le hubiera gustado
responder, aunque con sólo su mirada
ya se sabía qué quería significar, mi madre muerta
está más en mí que mi madre amada estaba
en la vida terrenal
y esto es una sensación que no se acaba nunca.
Ojalá mi mano proteja su sueño eterno.
Mas desconozco
si el sismo –la nada– la levantó de su lugar para conocer
por sí misma, al punto, que nos había respetado la muerte.
Tampoco ha llegado a mis oídos si yace otra vez
con el ángel del licor oscuro por compaña.
Ando ahora un poco más triste porque ha de pasar
más tiempo para que el encuentro junte
lo que Dios separó porque le había llegado la edad.

martes, 25 de agosto de 2015

Un poema de ALDA MERINI



Los más bellos poemas
se escriben sobre las piedras
con la rodillas llagadas
y las mentes aguzadas por el misterio.
Los más bellos poemas se escriben
ante un altar vacío,
rodeados por emisarios
de la divina locura.
Así, loco criminal cual eres,
das tus versos a la humanidad,
los versos de la revuelta
y las bíblicas profecías
y te haces llamar
hermano de Jonás.
Pero Dios nunca bajó
a la Tierra Prometida
donde crecen las manzanas de oro
y el árbol del conocimiento
ni tampoco te maldijo.
Mas tú si maldices
hora tras hora tu canto
porque descendiste al limbo
donde aspiras la amargura
de una supervivencia negada.

(De La tierra santa, Pre-textos, 2002)

lunes, 24 de agosto de 2015

LUNES LITERARIO. Hermann Broch

Hermann Broch. (Imagen tomada de google)

He encontrado una serie de poemas, que yo tenía en un archivo, uno de los cuales, titulado VOCES, pertenece a Hermann Broch. Es un largo poema dividido en tres partes: 1913, 1923 y 1933, escrito para que sirviera de contrapunto a su novela Die Schuldlosen (Los inocentes), publicada en 1954. La traducción pertenece a María Ángeles Grau. Con notas de Salvador Mendiola. La revista, MATERIAL DE LECTURA 67, pertenece a la UNAM (Universidad Nacional de México), año 2009. He leído el índice del libro de la entrada anterior, y este poema no figura en él. A veces, nos dan gato por liebre. O sea, que su poesía no está toda recogida en el ejemplar de la otra entrada.




Esta es la gran época de la juventud burguesa
que sólo piensa en el dinero, en el amor y cosas
     semejantes,
mientras pretende renunciar a todo lo demás
uniendo su mundo a otros mundos mediante simples
     problemas de celos.
Dios es un requisito que se usa en poesía,
y la política, en otros tiempos virtud de príncipes,
no es más que vileza para aquel que ojea el periódico,
pues la considera un pecado del pueblo,
y esto le libra de obligaciones.
Así se creó mil novecientos trece,
con un ruido exento de alma y con gestos de ópera,
y, sin embargo, lucía el suave y hermoso arco iris de
     siempre,
aliento del rito del amor y eco de grandes fiestas de
     antaño,
cuellos almidonados, corpiños, encajes,
¡oh encanto de las faldas acampanadas!,
¡última y dulce despedida del barroco!

viernes, 21 de agosto de 2015

HERMANN BROCH. En mitad de la vida (Poesía completa)

Ígitur /Poesía, 2007

Una apreciación personal: hallo más y mejores momentos líricos en La muerte de Virgilio que en muchos de estos poemas.


TERCETOS A LA NOCHE

La calle, abajo, está hora vacía en la noche,
A lo lejos suena aquí y allá una sirena de niebla
Y todo lo no sucedido me pesa:

El sueño ha llegado, fin y origen de la vida,
La ligera soledad que oculta lo pasado...
¿Comienzo mañana de nuevo desde el principio?

Todavía no duermo, pero pronto estaré despierto,
Pues lo que sabemos se manifiesta de noche;
La oscuridad muestra lo que la luz oculta.

Frente a mi ventana están los árboles, silenciosos;
Miro hacia abajo, luego apago las luces:
Qué feliz lo hace a uno esta calma,

Y siempre alguna casa vecina en algún lugar lejano.
(1947)


lunes, 17 de agosto de 2015

LUNES LITERARIO. José Luis Molina

Fotografía: (c) Belén Molina

ITIMAD SE OCULTA
Y AMOR OPRIME EL ALMA

Extraño sabor a lágrimas sinceras
mientras el sueño se acaba al sol
del alba que tirita. Modela tu cuerpo
la soledad de la hora estremecida.
Ninguna fantasía es posible si los
cristales dejan pasar el tono rosado
de la mañana y el despertador ya
ha sonado como ejecutor justo de la
sentencia. Así comienza el malhumor.

Me salto la rutina y abro el libro de
Hagerty. Al-Mutamid está triste por
la ausencia de Itimad. Sólo busca
la flor de su sexo, aunque lo disimule
con palabras bellas. Todo muy idílico,
gacela, gacelita mía. Menos mal que
no especifica si la gacela es cazada
por el depredador. Cierro el libro
cuando leo aquel verso último:
"Haz lo que acostumbras". Y obedezco
la orden, que no ruego. En ello estoy.

Busco un rito con el que cumplir ese
ansia que jamás quita la sed, jamás
se calma, jamás se colma, jamás
rebosa por el borde del alma jamás
satisfecha, jamás contenta, jamás
llena de misterio, jamás perfeccionada
en sí misma. Llegas hasta tu destino
y, de pronto, acaba aquello y vuelta
a tu origen, al centelleo de las lucecitas
que aparecen tras los ojos cerrados
cuando los párpados son un límite
al desborde, al deseo de que todo
concluya en aquel feliz momento.
Es un enigma breve, terciopelo idílico
cuya caricia es un suave aroma de vida.

Mas pronto todo es otra cosa, otro velo
sobre los ojos cuya mirada penetra
hasta el incierto horizonte real. Y sigues
buscando entre los platos sucios de
anoche y las hojas secas del hielo de
anoche. Son cuatro las matas que aún
perduran tras esta gélida temporada.

Saldré a la calle Tranquila como refugio
para mis ojos garzos por si allí hallara
cuanto hoy sería experiencia, sabiendo
que no, que no está en ella el sosiego
del alma abandonada a los deseos cortos
de febrero. Es una búsqueda infructuosa.

Nadie queda a la orilla escuchando el furor
de la marina potestad. El viento esconde
el silencio y castiga con exactitud los árboles
del invierno severo, palmeras incluidas.

Todo es un eco de amor. Quizá sea mejor
amar un recuerdo que ansiar un amor
no correspondido. Si no hay posesión
sólo eres un ser solo. Itimad también se
oculta. Y el aroma del café me devuelve
a la cocina y a pensar en ese mar que veo
desde mi ventana como si fuese una gárgola.

jueves, 13 de agosto de 2015

MANUEL ALCÁNTARA Y LORCA

Libro publicado por la Editorial DONCEL, nº 20 de su colección Libro Joven de Bolsillo, en 1972

Manuel Alcántara, desde que ganó unos juegos florales en  Lorca, 1953 y por su amistad con Eliodoro Puche, tiene relación con nuestra ciudad. A los rebuscadores de las cosas locales, se les ha pasado, y no me citarán -ni falta que hace- por haberlo rescatado como si ellos hubieran sido los descubridores, un poema que, en este libro, está dedicado y titulado con el nombre de LORCA.


Esta foto, que posee el doctor Fernández Salvador (2º izda.), se encuentra en la Fundación M. Alcántara. Reproduce la visita a Lorca, en 1953, al Círculo Yepes. M. Alcántara tiene cogido del brazo a Eliodoro Puche.


Pertenece este poema a su libro PLAZA MAYOR, de 1961.

LORCA

 

De sed y de amarillo te recuerdo.
Sin una nube
para las procesiones de los vientos.
Al amparo terrestre de los montes
que todavía están a tiempo.

Pongo
una mano en el fuego
furioso de tus campos,
y apuesto,
Lorca exaltada de amarillos,
a que aquí tienen sed hasta los muertos.

(Te compraría un río,
te llevaría un cesto
de ciruelas, de rosas importantes…
te alquilaría un puerto
del Cantábrico verde…)

España a palo seco.

Lorca exaltada en amarillos.

Cuarzo y esparto. Cauces polvorientos.
Pájaros asfixiados en la siesta.
De criminales soles vas muriendo.

miércoles, 12 de agosto de 2015

MIGUEL L. MULA SOLER: Arqueros en mi fiesta

Miguel L. Mula Soler es natural de Águilas, profesor de IES desde 1993. Desde 2005, vive en Cuenca. Me parece que ARQUEROS EN MI FIESTA es su único libro de poesía hasta el momento y vio la luz en 2011.






Sobre el callar

Un único poema debería bastar
para ser tu cintura, vasija suficiente,
fundida por ti misma de tu carne más mía
en corazón de fuego que la imprima flor,
vacía copa llena de siglos de palabras
rumorosas y exactas, y ya por fín callar.


Él abrazó la herida

En Lisboa,
cuando llueve,
hay una ventana
muy limpia
que da al río que da al mar
y una plaza sin fuente ni estatua.
Tras los cristales,
en penumbra,
dos amantes se abrazan,
en penumbra,
tras los cristales
y una plaza sin fuente ni estatua
que da al río que da al mar.
Muy limpia,
hay una ventana,
cuando llueve,
en Lisboa.


lunes, 10 de agosto de 2015

ALFONSA DE LA TORRE VISTA POR JOSÉ LUIS MOLINA

Portada del libro


Hace ya muchos meses que no he regresado a este blog. Me retiro de él cuando estoy trabajando a tope y necesito una gran concentración para el estudio y mi propia estabilidad, pues voy para mayor. Es este un libro del que hablo en mi otro blog, la calle tranquila, pero del que sólo he dejado escrito cuanto de él dije en mi presentación en Cuéllar, el 19 de abril de 2015. Si lo hago así es porque se me ha prometido una segunda edición para septiembre. Dada mi ingenuidad, seguramente que me lo creo, pero esperaré hasta el próximo mes de diciembre, antes de gritar.
A lo largo de la investigación necesaria para este libro, establecí, con palicos y cañicas, una relación entre Alfonsa de la Torre y Germán Bleiberg. Fruto de esto es el libro que recoge la poesía del poeta madrileño, del que hay noticias en mi otro blog.


Ambos libros están editados por Ediciones Vitruvio, que, como España entera, estará de vacaciones pues este calor no se aguanta, se sufre.
Bueno, roto el fuego en este blog, espero dedicarlo a la poesía, para la que no estoy muy dotado pero la prefiero a la prosa. Vale. Un afectuoso saludo al que regrese a este blog, algunas de cuyas entradas han tenido notable movimiento a pesar de ser lugar cerrado temporalmente.