miércoles, 15 de junio de 2011

ELIODORO PUCHE, LA ESFERA Y MARIANO HERNÁNDEZ 1



VÉSPERO

Viejas calles sinuosas
llenas de encrucijadas
conducen a la iglesia que se eleva
en la vetusta plaza.


La tarde en este otoño
evoca la fragancia
-en el recuerdo- de una novia antigua
que nos dejó la vida iluminada,
como este sol que cubre de oro y rosa
la paz -casi tristeza- provinciana.


Cruzan por la memoria
sombras ingenuas, ¡ya tan olvidadas!,
que aún tienen transparencias
ideales en el alma
y voces que conducen el presente
a ilusiones de ayer con sus palabras.


Tan, tan... Se va llenando el atrio
de gentes enlutadas.
Y siempre, de la torre, lenta, cae
el lánguido tañir de la campana.


Eliodoro Puche, nº 485
La Esfera, 21 de abril de 1923

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