miércoles, 7 de septiembre de 2011

ARCO, CUADERNO DE LITERATURA

En marzo de 1950, aparece el nº 1 de esta revista lorquina en la que unos/as y otros/as tienen la pretensión de "continuar la tradición literaria y formativa lorquina, a mantener y revivir aquello que muchos piensan ya perdido". De ella, extraemos un poema titulado


PAISAJE CÁNTABRO
Airón de eternidades. Espuma y roca
En sinfonía hirviente y ondulada.
Verdea paisaje que en el mar se aboca
Entre harapos de niebla coagulada.

Al suspiro de mecánicas sirenas
La tierra la saluda con un guía.
Vibran las grúas y crujen las cadenas
En la ausencia total del medio día.

El humo del trabajo difumina
Andantes nubes por el mapa gris,
Y, entre cántabras olas, se adivina
El lomo corcovado del delfín.

Grave paisaje de fresca madrugada,
De escapada al ensueño y de regreso.
La montaña va al mar en andanada,
El mar a la montaña en dulce beso.

Se respira un silencio ceniciento.
Y con hilos de sutil melancolía
A la tierra y el mar anuda el viento.
El otoño está anclado en la bahía.

(Eduardo Carbonell de la Cruz)

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