miércoles, 25 de enero de 2012

ELOGIO DE MUJER CON SOMBRERO NEGRO (3)





                                          IV

Así que todo queda envuelto en su velo,
escondido bajo el ala del sombrero,
desaparecida la alegre juventud vana
necesaria
para poner límite a la experiencia
lasciva erosionada en el turbio oscuro
pensamiento, en cuanto es homofobia
menos cruel que la inenarrable fría
mirada por ausente, por sólo salir del paso
ante la costumbre de no ser desfile
de modelos
por cercana a la lejanía del horizonte de Cope.
Evade su cuerpo de charleston
plumífero.
¿En qué destaca su pose?

El cuervo negro sestea
sobre la efigie mundana
mientras la balada de la carne
en otoño tiembla en la rama
del abedul, sentimiento de arena,
funeral del día, negritud discreta,
austero porvenir, triste permitir la inexpresión
contra el celeste eco del cuerpo encerrado, apresado,
en verdinosa veste que alumbra el dorado reflejo
del plenilunio
que rodea garganta y alegría, véspero y negro
testimonio de lasitud, de soledad, de volutas ingeniosas
que concluyen en el velamen dorado de las gemas.


La tonalidad lluviosa del fondo
impide que los verdes destaquen
frente a la pregunta de los espectadores.




Calabardina, 25 enero 2012
José Luis Molina Martínez

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