viernes, 16 de marzo de 2012

DE AHÍ PROCEDE MI EXPERIENCIA


José Luis Molina Martínez


Todas las señales al mismo mar conducían.
Auríspices expertos mostraron las entrañas
sanguinolentas de pía ave al pie del sabino
foro, el que habitaban ocas, grullas coronadas
y togas viriles acechadoras de vanos
honores. Sí, signos coincidentes señalaban
ocaso magnicida en el mismo lugar y hora
prevista por los dioses: en los idus de marzo.

En la Cala, a quince de marzo de dos mil doce.
Son los idus marcios. Mataron a Julio César
casi dos siglos hace. Así mueren unos y matan
otros. César conocía su óbito anunciado.
Para algunos, la muerte es como ladrón esquivo.

De ambición falleció Julio César: arte mala
la política, como único bien personal. Bruto
hizo legal el deseo popular a costa
de cometer pecado con puñal alevoso.

He tratado yo de ejercitar mi bondad puesta
al servicio del bien. Mas, con tanta edad vivida,
son más grandes las heridas por desamor triste
causadas que los bienes conclusos con orfebre
estética solemne. Tanta es la muerte habida
en los Idus de marzo que la flor  seminada
en este día es crisantemo del mes noviembre.

Hace un marzo precioso en la Cala guarnecida
de los vientos lebeches, por donde surgen proas
aventuradas en busca de refugio ansiado
aun sabiendo que han de pagar portazgo portuario,
si no se atreven a soportar tempestad negra
en alta mar costero, no más allá situada
de los peligros que padecen los pescadores
que osan faenar para extraer del mar salario
híspido, melvas para la salazón, bocado
de garum a gozar con vino tinto caliente.

En estos idus de marzo, el cielo caluroso
pone tibieza en los lasos cuerpos insepultos.

Así fue el ayer pasado. Un día más profundo
soy por hoy. Nadie cantará el nuevo cumpleaños
(in)feliz. Son setenta y dos. Dios reparta suertes.
Para eso es Dios. Pero no es Él quien persigue días
que me obsequió simplemente para ser dichoso.

Sin embargo, no evitaré dar plácemes justos
a quien me arroja el cuchillo desde la plegaria.
Tampoco ocultaré mi rostro con toga o capa.
Muerto, seré más honrado que en vida silente.

Muerte de César


Calabardina, 16 de marzo de 2012
José Luis Molina

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