martes, 19 de febrero de 2013

A LA ORILLA SAGRADA DEL PROMONTORIO SALINO (5)

El islote del Fraile desde el balcón de la Calle Tranquila


3.

¡Mi silencio!... En el alma, casa alzada,
espacio íntimo de búsqueda, boca
que avanza desnudo secreto estoico,
impulso de paloma en la blancura,
en íntima dulce oración, susurro
bajo la luz de la bóveda dócil,
pebetero mágico de las preces.
Góticos capiteles desusados
ascienden perfumado incienso, nube
brillante tras la hora del hoy concreto.
El albo recinto acuoso precisa
la exactitud del arquero afamado,
del caminante devoto el atajo
hasta la abadía de la existencia.
Tuviera alas el laico pedimento
y posara en gárgola sed de altura,
celajes del fervor, devotos salmos,
nostalgia del oculto velo amable
más que la alborada transida en rosa:
nace un azul horizonte de antífonas,
plegaria de las deíferas ansias
Desde dentro, la ascensión por la austera
senda angosta de la morada sacra
encierra desgarro y desierto yermo.



José Luis Molina
Calabardina, 19 febrero 2013


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