miércoles, 20 de marzo de 2013

A LA ORILLA SAGRADA DEL PROMONTORIO SALINO (6)



4.

Subo al ámbito puro y me acostumbro,
envuelto en contemplativo silencio,
al susurro del lenguaje inefable
que musita delicados coloquios
entre el páramo del áspero viaje
por los rincones íntimos del alma.
Peregrino he llegado a hospedería
habitada de ciervos y cipreses
verticales que salmodian inciensos.
Turiferario accede: la plegaria
el jardín cerrado conquista, carmen
sin el hueco de la medida puerta,
atrio del templo de la penitencia.
La cúpula oscurece sus cristales
por la profundidad de la palabra,
en vuelo mariposa, luces febles,
candelabro de siete brazos siete
veces apagados por la carraca
y el grave ictus del gregoriano tono.
La paz del sarcófago es requerida
para el honrado reparto del Cuerpo
que ha de sobrevivir a la tristeza.
En este rincón oscuro medito
bajo la nave asombrosa del ara.

José Luis Molina
Calabardina, 20 marzo 2013

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