sábado, 19 de marzo de 2011

JACINTO HERRERO ESTEBAN


Las navidades de Jacinto Herrero Esteban (IX)


1982

“Dame consuelo oír el relox, porque me
parece allego un poquillo más para ver
a Dios, de que veo ser pasada aquella hora
de la vida”
(Libro de la vida, 40, 20)


IV CENTENARIO DE SANTA TERESA DE JESÚS

No fuerza destructora, como viento
que quiebra troncos nobles; no esa muerte.
No fiebre agotadora que volverte
llama quisiera roja el pensamiento.

Como en día de niebla, el ceniciento
amanecer que, luego, el sol invierte
en limpio azul. Que sólo con poderte
abrir tras de la noche mi aposento

traerás la luz, disiparás el miedo
al curso del minuto y de la hora.
¡Oh insistente reloj que derribara

este mentido murallón roquedo
que yace en el arena con la aurora
y anégase en un agua quieta y clara.

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