sábado, 26 de marzo de 2011

LOS DÍAS DESDE LA CALA







He regresado de Lorca en donde he participado en la celebración de dos efemérides: los 150 años del teatro Guerra y las Jornadas de Formación y Estudios sobre el poeta Eliodoro Puche que Chon Pérez-Castejón, Presidenta de los Amigos de la Cultura programa con tino certero. A ella y a Muñoz Clares, organizador del programa sobre el Teatro Guerra, que incluye un libro que se presenta el día 30 de este mismo mes de marzo, agradezco que se me haya tenido en cuenta a pesar de la distancia que, en este caso, no ha sido el olvido.

Recién salido el sol, me puse a releer al enorme Cesare Pavese. Oficio de vivir es una joya para los que quieren escribir o ya escriben poesía: "Porque la tensión hacia la poesía es producida el principio por el ansia de realidades espirituales desconocidas, presentidas como posibles". "Todo poeta se ha angustiado, se ha maravillado y ha gozado. La admiración por un gran pasaje de poesía no lo es nunca por su sorprendente maestría, sino por la novedad del descubrimiento que contiene". "Sea dicho con cautela contra Baudelaire, en poesía no todo es previsible y, al componer, se eligen a veces formas, no por una razón conocida sino instintivamente; y se crea sin saber con claridad cómo".

CILANTRO
El azafrán, que es sangre apenas
en la cintura de las túnicas,
es ornato al mantero de la toga.
Pasa el perfume que entre Venus huelen
esos filtros de amor.
Se brinda doncellez en las alcobas
si muletos de cilantros cuelgan
en cornucopias,
lámparas,
joyeles;
en esa porcelana del lavabo
que la blancura exalta.

Ya es el lavatorio.
Desmadejado el cuerpo,
amó.
Que si el sahumerio esponja tales carnes,
allí el hechizo colmará sus goces
y nunca desamor anduvo en ellos.


(Miguel Fernández, Las flores de Paracelso, 1979)

Ilustración: Cilantro (sacada de Internet)
Fotografía: Embarcadero (Calabardina) JLM

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