jueves, 28 de marzo de 2013

A LA ORILLA SAGRADA DEL PROMONTORIO SALINO (16)



14.

En el olvido tengo el cementerio
y las palomas, la marina brisa
de la Cala, lo amplio de la bodega,
la casa donde nací, el pan del horno.
No así el color rojo de la picota,
ni la ciruela de paladar amplio,
ni el silencio del vino maridado
con los tradicionales cultos platos.
Tipo así no es un bello panorama.
Variaciones sobre un mismo dolor
parecen las proclamas sustantivas
fundadas en la acritud del espasmo.
¿Para qué los métodos? Igualmente
sacian los vericuetos del camino
hacia la estación del podrido agosto,
mes deforme, salvable por el agua,
origen de la morenez estante
en el desnudo cuerpo oscurecido.
Como la grulla llegaste altanero:
contaste la razón de la leyenda
y encandilaste de Eva la mirada.
Se decidió despacio por tu causa.
En un puño tanta gloria no cabe.
Mejor aún el lugar del desencuentro.

José Luis Molina
Calabardina, 28 marzo 2013

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