sábado, 30 de julio de 2011

EUGENIO MONTALE


El Círculo de Lectores publicó a Italo Calvino en 1992 un libro titulado POR QUÉ LEER A LOS CLÄSICOS: Recoge el libro una serie de artículos que publicó en periódicos italianos sobre lo que él entiende por clásico y los autores que considera clásicos. Entre los escasos poetas seleccionados, se encuentra Eugenio Montale del que escribe: "los versos de Montales son inconfundibles por la precisión y lo insustituible de la expresión verbal, del ritmo, de la imagen evocada".

  Forse un mattino andando in un’ aria di vetro…

Forse un mattino andando in un’ aria di vetro,
arida, rivolgendomi, vedrò compirsi il miracolo:
il nulla alle mies palle, il vuoto dietro
di me, con un terrore di ubriaco.

Poi come s’uno schermo, s’accamperanno di gitto
aberi case colli per l’inganno consueto.
Ma sarà troppo tardi; ed io me n’andrò zitto
tra gli uomini che non si voltano, col mio segreto.

De Ossi di seppia


Tal vez una mañana caminando por un aire de vidrio…

Tal vez una mañana caminando por un aire de vidrio,
árido, al darme vuelta, contemplaré el milagro:
la nada a mis espaldas, el vacío detrás
de mí, con terror de borracho.

Luego, como una pantalla, acamparán de golpe
árboles casas lomas en su habitual engaño.
Pero será ya demasiado tarde, y yo me iré en silencio
con los hombres que no miran atrás, con mi secreto.




Nel parco

Nell’ ombra della magnolia
che sempre più si restringe,
a un soffio di cerbottana
la freccia mi sfiora e si perde.

Pareva una foglia caduta
del pioppo che a un colpo di vento
si stinge – e fors’ era una mano
scorrente da lungi tra il verde.

Un riso che nom m’appartiene
trapassa da donde canute
fino al mio petto, lo scuote
un trillo che punge le vene,

e rido con te sulla ruota
deforme dell’ ombra, mi allungo
disfatto di me sulle ossute
radici che sporgono e pungo

con fili di paglia il tuo viso…
De La Bufera e altro

En el parque

Bajo la sombra de la magnolia
que va desvaneciéndose,
una brisa que apenas se siente
me roza como la punta de una flecha, perdiéndose.

Como una hoja que cae
del chopo y que el viento
muda su color – como la caricia de una mano
deslizándose más allá de ese verdor.

Una risa misteriosa
atraviesa desde las viejas ramas
hasta mi pecho, lo estremece
con un trino que hace arder mi sangre,

y río contigo bajo la rueda
desfigurada de la sombra, me entrego
hasta fundirme con las huesudas
raíces que se alzan y hiero
con hilos de paja tu rostro…



Traducción de Carlos Vitale



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