lunes, 18 de julio de 2011

MIGUEL DE UNAMUNO (1864-1936)


LA VIDA DE LA MUERTE

Oír llover no más, sentirme vivo;
el universo convertido en bruma
y encima mi conciencia como espuma
en que el pausado gotear recibo.


Muerto en mí todo lo que sea activo,
mientras toda visión la lluvia esfuma,
y allá abajo la sima en que se suma
de la clepsidra el agua; y el archivo


de mi memoria, de recuerdos mudo;
el ánimo saciado en puro inerte;
sin lanza, y por lo tanto sin escudo,


a merced de los vientos de la suerte:
este vivir, que es vivir desnudo,
¿no es acaso la vida de la muerte?

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