miércoles, 27 de julio de 2011

MANUEL REINA (1856-1905), POETA MODERNISTA



CATULO

 

—¡Madre Venus! Mi Lesbia querida,
mi estrella de amores,
hoy, de celos punzantes herida,
se deshace en furiosos clamores.
Yo te ofrezco dos tórtolas blancas
del más tierno arrullo,
si sonrisas alegres arrancas
a su labio, encendido capullo.
Hoy que Lesbia, con ojos airados,
me arroja a las simas
del dolor, en sus bucles dorados
canta el pájaro azul de mis rimas.
Siempre amé su perfil noble y puro,
su voz melodiosa
y sus trenzas brillantes: ¡lo juro
por sus senos de nácar y rosa!
Y aunque llene mi pecho de espinas
con loca fiereza,
la amaré: ¡que en sus formas divinas
alza un himno triunfal la belleza!
Hoy la sed de su amor me sofoca
y, en dulce embeleso,
yo quisiera entonar en su boca
una endecha mezclada a su beso.
Calma, ¡oh Venus!, su cólera ardiente,
sus ciegos enojos;
lirios ciñe a su cándida frente
y un relámpago enciende en sus ojos.
Yo te ofrezco dos tórtolas blancas
del más tierno arrullo,
si sonrisas alegres arrancas
a su labio, fragante capullo.—
Así el gentil Catulo de estro hirviente,
que cual nube inflamada centellea,
rogaba ante el altar resplandeciente
donde se adora a Venus Citerea.
Lesbia oyó la plegaria de su amante
y, perdonando al genio sus agravios,
le dijo enamorada y palpitante:
—Si tienes sed, apágala en mis labios.—



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