martes, 4 de enero de 2011

ESQUIVAS FORMAS DEVANEAN POR MI MENTE











La luna en el espejo

Mientras se piensa tanto el rostro repetido, ella sueña
la tonsura de la negritud infinita integrada
en la clausura del azogue que envuelve el encanto.
Urge así silencio bifaz en el humano destino.


Luzbella fugífera

A través, pues, de la oquedad natural, se engloba aleve
la ensoñación. Nube pasa y rostro en la roja mirada
se detiene. Al otro lado de lo ingenuo, lucífera
estancia, aurea sonrisa, translúcido atisbo. Gime,
que esperas alada añil destino: eres y ya no, en nada.


Álbum de ensueños

Te atreves y seduces tanto que doblegas Selene
y habitas serenos ojos, palacios para mí. En tu ara
te sé, sueño diario. Ropaje tu doncellez espera,
bagatela floral, veneciano celaje celeste,
imagen tuya en la celosía del misterio, espuma
de tu mar, flor de anís, menta candeal, nórdica estela.
Niño de azul sisea y de atrás llegan sierpe y clepsidra.
Corazón es tu interior, tu labio figura. En mil rostros
concluye la gama de color al tiempo que tu albura.


Paisaje inventado

Mas apareces distorsionada entre la viaria plebe,
procedente de la soledad y de la azul orilla,
desde el asombro eterno. Así te hallé por donde la calle
se buscaba y eras tú, encanto, liberada, aquí la risa,
y allá el can silente, tu faz, la paloma, ánades raudos
en equilibrio lúbrico mientras la blanca casa acoge
el azul sonido azul, la adormilada espera, etéreos
sueños que no son sino en ti, quieto espasmo en el halda
en tanto la tarde parece dantesca por el célibe
silencio que cruza el eterno sonido de la habitada
ciudad por la diáspora del color domeñado. Mira:
mientras tú salobre, alguien entonaba mirando al mar
soñé y rompía la quimera mi sueño por un arco
erecto para bella inasible de color amable.


Photo Gallery

Sacadas del mundo ignoto de los destellos falaces,
sueños difusos cuando el color os envuelve y conmueve,
aquí habitáis, palacio de mi estética, admiradas
sombras de mí mismo, intimidad perenne, contempladas
formas en belleza mutadas. Sois aquí acogidas.
Si os di la esencia, os sitúo en la ufana galería
para la que os hice objeto de estupor, fugacidad
perenne. Si existís, de mi objetivo pende vuestra
vida. Velo vuestro sueño inmóvil. Sentid la presencia
de cuantos vienen al murmullo de vuestra palabra
coloreada en tonos distintos de paciencia y tiempo.
Mañana, de nuevo en el mundo triste de lo no sido.
Sea hoy gozo, efímeras famosas, el posible sueño
de lo sublime, etéreo, fugífero, dulce y bello.


Texto: José Luis Molina
Fotografías: Alejo Molina

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