jueves, 20 de enero de 2011

MARÍA DEL AMOR HERNÁNDEZ





Bien sabe Dios que, cuando recibí un par de correos con algunos de tus poemas, los que abajo se pueden leer, para que yo te diese una opinión de los mismos, como si ya fuese un venerable anciano o un poeta celebrado, andaba metido en un berenjenal del que he tardado casi dos años en salir. Por ello, mi retraso en contestarte, Amor, y por ello los incluyo en este bloog, ahora que me encuentro casi muy bien. Bueno, por ello y porque malditos sean los que te robaron el ordenador y se llevaron casi todos tus poemas. Así, por si estos los habías perdido, los dejo aquí a continuación para que los leas. Yo tengo una costumbre: cuando escribo poesía, que recién escrita me parece la mejor del mundo, la dejo en un cajón olvidada y, pasado un tiempo prudencial, cuando está llena de polvo, como el arpa de Bécquer, la vuelvo a leer.Ya me parece menos celestial y me pongo a corregir, a trabajarla. Pero eso es lo que yo hago. Tú debes hacer lo que tu numen te indique.

Poemas rescatados


AMOR Y REGALOS

En una noche de navidad ,
en un pueblo blanco y dorado,
las luces dentro de las casas
rutilantes van tintineando,

Por el sendero, se ven bajar
pastores, camellos cargados,
uno de mirra, otro de incienso
el otro con muchos regalos.

Van detrás de una gran estrella
que en la noche les va guiando,
¡Tened cuidado con la cuesta!
¡Eh! bajad despacio, despacio.

Los llevan a un niño pequeño,
un niño divino y humano,
es hijo de María y José
que en un pesebre está llorando.

Una luz brillante en el cielo,
les va guiando hasta el frío establo
traen patucos hechos a mano
y gorritos rojos y blancos.

Llegan los pastores a Belén
y detrás de ellos sus rebaños,
el niño chiquito se ríe
al ver a los tres Reyes Magos.

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MI HABITACIÓN

Mi casa se refugiaba abrigada,
en un recodo del Mediterráneo,
asoma el mar temprano, en mi ventana,
se oye a lo lejos tañar las campanas,
repican a misa, el mar a mañana.

Amanece mojado con las gotas
jugand, en el cristal de la ventana,
mis ojos se enturbian de vaho y escarcha,
miro a lo lejos como se vistió
de plomo, la mar en la lontananza.

La lluvia densa empujado las olas,
la blanca espuma, en las rocas estalla,
en mi habitación soledad y ecos,
mi libertad en ella encarcelada.

Quiero que mi amor parezca locura,
por tu amor, lloran las olas y mi alma,
¡Dejad que llore! En las noches oscuras
¡Dejad que llore! Hasta que llegue el alba.

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LA TORMENTA

Esta noche tengo miedo
tengo más miedo que nunca,
las calles están vacías
y fuera un gato maúlla.

Estoy yo solo en mi cuarto
sólo vislumbro penumbra,
se refleja en la ventana
la tenue luz de la luna.

Se apagaron las farolas
quizás sea por la lluvia,
otro relámpago fuera
mi dormitorio alumbra.

Esta noche tengo miedo
tengo más miedo que nunca,
¡Que termine la tormenta!
que tantos truenos me asustan.

Veo sombras vacilantes
sé seguro que son brujas,
quiero que entres y me arropes
y tápame hasta la nuca.

Algo hay bajo mi cama
y cuando miro se oculta,
el reloj abajo suena
da las campanadas… la una.

Quiero que sea mañana
oír el gallo que madruga,
levantarme mirando el sol
disipar todas las dudas.

Esta noche tengo miedo,
tengo más miedo que nunca.

∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞

ESPECTROS DE UN CABALLO BLANCO

El despojo de la sociedad,
semilla en tierra de difunto,
murmullo, clamor del silencio,
silencio que quiere imponerse
al rumor de la vida y al tiempo.

Guadañas que muestran su brillo
en la hora triste del destierro,
cuerpos céreos y sin mirada
deambulan, bajo el cielo etéreo.

Entre nubes atizonadas
cielos sin color ni reflejo,
canta el cárabo impertinente
al compás de futuros muertos.

Cadáveres pasean inertes,
levitando y reflejándose
en imaginarios espejos,
susurrando tristes canciones,
cuentan derrotas de otros tiempos.

Tenebrosas noches que dejan
entrever futuros inciertos,
mientras agujas compartidas
encarnan sus ruinosos cuerpos.

Descaminados, peregrinos.
entre sombras solos y enfermos
por morir, siguen viviendo,
por morir ya están muertos.

ƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗƗ

QUIERO UN COLUMPIO

¡Quiero un columpio madre!
que suba muy muy alto,
que corte el aire y el viento.
un columpio de esparto.
En las ramas de un árbol
en las ramas de un cedro,
que me eleve a la luna
y viva en mi recuerdo.

Donde me acune el viento
que me envuelvan las nubes,
que los malos momentos
se borren y se nublen..

¡Quiero un columpio madre!
que me columpie lejos,
donde los niños jueguen
y se cumplan sus derechos.

Donde no me pegues más,
que se me quite el miedo,
y que me lleve a un lugar
donde me lean cuentos.

¡Quiero un columpio madre!
que nos lleve muy lejos,
donde no pegue papá,
¡No quiero, no quiero eso!

yo quiero soñar feliz,
tener felices sueños,
acostarme tranquilo
dormirme con un beso,

y ¡Pregúntame madre!
pregúntame que quiero,
quiero un columpio alto
que me aúpe hasta el cielo.

φφφφφφφφφφφφφφφ

MARIQUITA

Mariquita roja y blanca,
dime que famoso pintor
pintó a lunares tu espalda,
graciosamente dispuestos
lunares blancos de nácar.

Qué buscabas de mañana
buscas un florido almendro
repleto de flores blancas,
vuela, vuela, mariquita
vuela con lujosas alas.

Colócate una guirnalda
con las gotas del rocío
mariquita roja y blanca
y vuela sobre mi jardín
mariquita de oro y plata.

ﻼﻼﻼﻼﻼﻼﻼﻼﻼﻼﻼﻼﻼﻼﻼﻼﻼﻼﻼﻼ

¿CUÁL ES MI CULPA?

Pregunto cuál es mi culpa,
Con una presunción necia,
Que sin pecar se me acusa
Y al dolor se me sentencia.

¿Qué podría ser más raro?
Que el humor bajo consejo,
Que el frio mármol templado,
Que la vida bajo el miedo.

¡Dios, no puedo con esta cruz!
¿Qué ánimas son las que me aclaman?
Las que me alejan de la luz,
¿Qué obstinadas alas guardas?

Sobreviviendo a la noche,
Sin saber porqué, me llaman
Y sin usar mis dolores,
Intento vivir al alba.


‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽‽

¿A DÓNDE, PADRE?

Se enredó tu cabello con el mío,
Añorando el calor de tu regazo
Tú, soberbio y galan, siempre calmado
Bajo el fruto de tu sagrado rio.

¿Dónde fueron aquellas horas padre?
Donde entre frescura y sol andábamos
Entre los campos claros y ondulados,
Sobre fragaancias y brisas suaves.

La etenidad divina nos separa
Y entre la noche solo el otoño acude,
Se enredó tu cabello con el mio.

Refugiándome en tu eterna mirada
En esta hora solo la muerte fluye
Coronado cano con lauro y espino.

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