miércoles, 11 de mayo de 2011

ELIODORO PUCHE, POETA LORQUINO

        

          El próximo día 13 de Junio se cumplirán 47 años de la muerte del lorquino Eliodoro Puche, poeta de principios del siglo xx.
Comenzó su andadura literaria escribiendo en varios periódicos de la época. Estudió derecho en Madrid, por imposición de su padre. Allí conoció una vida bohemia y nocturna, entre miseria y picaresca, tuvo la gran suerte de codearse con  un gremio selecto de escritores y poetas de la generación del 98, compartiendo con  ellos  tertulias templadas con vino, tildadas con su habitual tono irónico, (se comenta que temido por alguno de los contertulios).
Poeta de capa y monóculo, de vino y risas, ecológico e intimista de vida nocturna, regresó a su Lorca natal tras la muerte de su padre después de pasar diez años en Madrid, seguiría manteniendo correspondencia con sus amigos entre los que destacaba Antonio Machado.
         Desde 1920 a 1927, publicó en diversas revistas muchos de sus poemas. Fue director de “Pueblo”, revista enfocada al partido radical socialista al que pertenecía el poeta. En 1936, durante la guerra civil, publica en Lorca “Colección de poemas”. Siguió con sus ideales socialistas y republicanos convirtiéndose en conservador del Patrimonio de Lorca. Tras finalizar la guerra es condenado a 16 años de cárcel, de los que cumpliría 4 entre barrotes, allí conocería a otros poetas y políticos murcianos.
          En la prisión Eliodoro se refugia en la memoria y en el amor que le profesaba a su amada Aurora Guilmain. Durante las largas noches de su encarcelamiento, el poeta contemplaba desde los barrotes de la cárcel,  la luna,  comparándola como “el faro de su corazón perdido” consumiendo la emoción incontenida de su amargura.
         Desde aquí quiero rendir un humilde homenaje a todos los “Divinos condenados” como a Eliodoro, Fray Luis, Quevedo, Cervantes y otros muchos a los que arrancaron la vida y su voz, pero no sus almas.
Murió el 13 de junio de 1964 tras sufrir una enfermedad (cáncer de garganta) que le dejó sin voz y ganado al silencio de la poesía, siguió escribiendo, reflejando en sus versos su tristeza.
Hundió sus raíces en Lorca el 13 de junio de 1964, a su sepelio acudieron apenas varios amigos. Fue enterrado en soledad y sus restos reposan en el nicho de su padre, por no tener  uno propio, aunque su alma no necesitaba sepultura.
En la habitación  en la que detuvo su camino, rodeado  de sombras y amargura,  se encontraron poemas inéditos escritos en papel mugriento que se editaron a título póstumo en varios libros y varios retratos del poeta que destacaban su blanquecino pelo enredado en la escarcha de los que fueron los últimos años de su difícil y ensombrecida vida.
Desde mi casa en la calle Barandillas yo también tuve el privilegio de escuchar  “Las campanas sordas de la iglesia”, también veía las grotescas ventanas de la cárcel, donde manos sin rostro se aferraban a los ajados barrotes… “! Que cerca de la cárcel está mi casa, si no existieran muros, te vería hermana!, seguramente las estrellas que yo miraba desde mi ventana eran las mismas con las que se inspiraba  para escribirle al amor “La última estrella que tembló en el cielo iba a encender la noche de tu alma”.   Yo también suspiraba de noche mirando la misma luna que él miraba, que tímida asomaba en el cielo, alumbrando con un halo de añoranza la Plaza de España y la adoquinada cuesta que subía hasta mi casa.
Desde  el “Cañico” de la Cárcel,  me sentaba a ver como languidecía el sol y las nerviosas golondrinas tiznaban el anaranjado cielo de los atardeceres de primavera.
El  escultor Soriano Talavera esculpió el busto de Eliodoro Puche en bronce  como homenaje póstumo, ubicado en la placeta de Santo Domingo desde donde el “poeta maldito”  rodeado de flores, puede escuchar las campanas cristalinas de San Patricio,  arropado por sus hermanas las estrellas e iluminado por su gran amor… la luna.
Entre silencio y calma,
Sobrevuelan sus poemas,
Sobre el busto del poeta,
Solitario en la plaza.

                                           María del Amor Hernández Martínez

No hay comentarios:

Publicar un comentario