lunes, 9 de mayo de 2011

LOS DÍAS DESDE LA CALA

                                                                (c) Juan Pedro Quiñonero

Hoy he tenido un reencuentro con los libros perdidos en el taxi que me llevó en Murcia a mi destino familiar. Adquirí los tres ejemplares en Diego Marín, que ya trabajaba en la librería González Palencia, en otro lugar, cuando yo era alumno de Magisterio y compraba los libros de texto en esa librería. Debía ser más o menos por el año 1957. Por aquellas fechas me sentía libre pero muy responsabilizado por mis obligaciones con relación a mi madre. Por ello estudiaba mucho, pero tampoco me suponía excesivo trabajo porque asimilaba pronto las cosas.


Juan Hernández Franco era y es gente educada al que siempre he considerado amigo. Mi sentido de la amistad no tiene nada que ver con el de otros muchos. Es decir, este es mi amigo aunque él no me tenga por tal. Me consta que él corresponde a esa amistad mía. Era y es muy trabajador, muy ordenado, muy constante. Su investigación primera iba por el mundo de Floridablanca. Ha escrito un libro sobre un tema complejo. Su escrito sentará cátedra. El título del libro es el siguiente: Sangre limpia, sangre española. El debate de los estatutos de limpieza (siglos XV-XVII). Es un libro para especialistas. Yo me lo he comprado por curiosidad, para su lectura a muchas pequeñas dosis y porque es un libro de un lorquino y de un amigo. Juan Hernández Franco, profesor de la Universidad de Murcia, escribe un par de páginas para presentar el libro, dar las gracias a quien le ha ayudado, que concluye de este modo: "Por último, asimismo, quisiera mostrar mi agradecimiento a todos los hombres de buena voluntad que esparcen por el mundo la IDEA DE TOLERANCIA (la mayúsculas me pertenecen). Si algo pretende este libro como objeto social es el deseo de que sirva de espejo para no volver a incurrir en los episodios de intolerancia que suscitó el debate sobre la limpieza de sangre". O sea: como la historia es maestra de la vida, si lo leemos quizá aprendamos cosas que son necesarias para la vida diaria de hoy y de mañana.

                                                            Juan Hernández Franco

El segundo de los libros comprados tiene por autor a Luis Antonio de Villena y por título Diccionario de mitos clásicos para uso moderno. Es un libro necesario para mí, es un libro de consulta que me recuerda cosas sabidas y me enseña otras relacionadas con los mitos literarios grecolatinos y que me sirve para cuando se intenta encontrar huellas clásicas en poetas contemporáneos, Eliodoro Puche por ejemplo. Según Villena, "la mitología es una necesidad. Además (y unido a ella) es poema. Ansia de más. Luz de belleza". Pero, también es "un trenzado, un mosaico de ardientes y lascivos amores, de seducciones, raptos, violaciones y sexualidad desenfrenada, fruto de la incontrolable pasión erótica que agita por un igual los corazones de los dioses inmortales y de los seres humanos" (Alfonso Cuatrecasas).



                           

En tercer lugar, aunque tengo las obras completas de Antonio Machado y Manuel, quise adquirir una edición anotada de ALMA, de Manuel Machado. Quiero comprobar si su influencia llega hasta un poeta del que me ocupo con frecuencia, por ejemplo, otro lorquino, Carlos Mellado. Cuando esté concluido el artículo, lo pondré en esta Cala.

                              WAGNER

Un reloj, que no sé dónde está, da la una
-corazón de la noche-, hora solemne y vaga
en que la luz penúltima de la Tierra se apaga,
para dejar la luz última, que es la Luna.

Es la hora del príncipe que marcha peregrino
a sacar del encanto la encantada princesa,
mientras forjan escudo mágico a la alta empresa
el gnomo de los sueños y el hada del Destino.

El silencio y la sombra se abrazan: han cesado
el cantar de la fuente y el suspirar del viento.
Tiene en redor la Luna de ensueños un anillo.

Las ondinas y náyades despiertan. Ha llegado
el momento precioso en que el héroe del cuento
mata al dragón que guarda la puerta del castillo.

(Manuel Machado. Alma)



En verdad, no hay dos sin tres, pero esta vez son cuatro. Cuando iba a regresar esta mañana desde Lorca a Calabardina, me han entregado, como primicia, el libro que recoge las ponencia y comunicaciones que se impartieron en el Congreso sobre la vida y obra de José María Castillo Navarro. No tengo imágenes de la portada del libro pero todo se andará. Dos lorquinos han entrado en la Universidad gracias a proyectos presentados por mí: José María Musso y Pérez Valiente y José María Castillo Navarro. Claro que, sin la vinculación de las concejalas de cultura, Caridad María con relación a Musso, y Rosa Medina con referencia a Castillo Navarro, mi iniciativa no hubiera llegado a ningún lugar. Que el dato quede para la historia.

                                                                                    José María Castillo Navarro

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