domingo, 8 de mayo de 2011

NOTICIAS DE SOCIEDAD

ANTONIO COLINAS, hijo predilecto de Salamanca

Post-Scriptum
                        ...e quindi uscimmo a riveder le stelle. 
                                (DANTE, Inferno, XXXIV)








Oscuro oboe de bruma, cómo sepulta el mar
tu solemne sonido que despierta a los muertos.
Suena, oboe profundo, y deshaz ya el  nudo
del trágico existir, suene intensa tu música.
Aquí, en esta ladera que cubre el olivar,
sangre y labio retienen la hora fugitiva.
Oscuro oboe de bruma, cómo sepulta el mar
tu solemne sonido que despierta a los muertos.
Nadie debe turbar tu pensamiento, nada
turbar tu corazón. Respirar y existir.
El mundo y los humanos son de roca de luz,
se hacen y deshacen quemados por el tiempo.
Así ha sido siempre en los siglos pasados.
Así será a lo largo de los futuros siglos.
Oscuro oboe de bruma, cómo sepulta el mar
tu solemne sonido que despierta a los muertos.
Suena, oboe profundo, y deshaz ya el nudo
del trágico existir, suene tu intensa música,
pues la vida aún sigue y yo a su luz me entrego.
Adiós a la palabra, escoria de la luz.


(De Noche más allá de la noche, 1982).




                                                               Ilustraciones extraídas del bloog de Guillermo Urbizu .




Les dije que me trajeran (o trajesen) un libro de algún poeta italiano actual. O no supieron pedirlo o la librera no tenía ni pizca de gracia. Les vendió una Antología (Poesíe. 1938-1896) de ANDREA ZANZOTTO, poeta para mí desconocido. Un libro más para guardar en las superpobladas estanterías que me ahogan.

                                                                             Andrea Zanzotto por Paolo Steffan

Femene che la fila

Filar co corlo e fus
inte i di bassi e curti che i mór in filò...
Filar par tante ore
che no le vien pagade gnent
parché le femene -se sa- no conta gnent.
Cànevo lana e lin
tele grosse e tele in fin
per tuta la dènt del molmèl:
ore nostre che no le val gnent
gnent cofà le ciàcole a filò...

                                                                                 Il papaverini di Andrea Zanzotto

Sin embargo, este viaje a Italia, anecdóticamente, me ha supuesti un par de libros más, Scrutinio del libro Eloges de M. de Voltaire par differens auteurs et altri scritti anti volterriani, de Giacomo Casanova,



y Frau von Weber. Vita e morte di Mafalda di Savoia a Buchenwald, de Renato Barneschi.
Esto fue posible porque, como ya saben ustedes, hay una tendencia, costumbre o lo que sea, de dejar libros en lugares visitados, estación del tren, lavabos, bancos de los jardines y otros lugares, para que se cojan, se lean y se vuelvan a  dejar en otro lugar por si otro lector llega y continúa el ciclo. Como ellos pensaron que alguien se lo había dejado olvidados, los cogieron y me los trajeron. Bendita sea la inocencia. Y los libros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario