sábado, 21 de mayo de 2011

LOS DÍAS DESDE LA CALA

1
Los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz.




2.
Perdidos los valores que han sostenido a la sociedad durante tantos milenios, confeccionada una raza de "esos" y "bolonios", los políticos que han creado este sistema piden ayuda a los que se rebelan contra ello y contra ellos, espécimen de políticos que se creen los amos del cotarro y sólo se acercan al pesebre para comer del pienso que se les pone. O se reciclan o se les pone en la calle. Votar o no votar no soluciona nada. Hay que refundar moralmente esta sociedad. ¿Cuántos candidatos habría si el ser concejal no llevara de acompañamiento un sueldo generoso? Pues que salgan y vayan a arreglar esta situación. Pero no del modo oficialista, sino en profundidad, analizando caso por caso, para que nadie se sienta herido o postergado. No hay que avanzar tan de prisa. El suelo continúa moviéndose aún.



3
Anoche, en NCIS, me pareció escuchar esto o algo parecido: "Ninguna obra buena puede quedar sin castigo". Así se manifestaba el forense Palmer. Y no sé si quería decir que el hacer una cosa buena puede conllevar consigo mismo un daño. ¿Por hacer una cosa buena te puede sobrevenir un mal? El capítulo de la serie trataba del asesinato de un militar que había acudido en ayuda de otra persona que pedía socorro.



4
¿Cómo pensar que Aquel que ha modelado la copa
pueda pensar en destruirla? Todas estas hermosas cabezas,
todos estos brazo bellísimos, todas estas manos encantadoras,
¿qué amor las ha creado? ¿Qué odio las destruye?

(Omar Jayyam. Rubaiyyat)


5
Entristece, incluso a los propios damnificados, ver en Lorca grupos de personas -personas, no otra cosa- a la puerta de sus hogares calificados con colores subidos -rojo, por ejemplo- esperando que llegue un perito tasador del Consorcio de Seguros, para conocer qué ayuda se puede obtener para arreglar su vivienda y contribuir así a la normalización de la vida ciudadana que sugieren desde las alturas políticas. Supongo que esto ha de ser así. Pero hubo gente -personas- que fue a Lorca y estuvo esperando que llegara el perito dos horas después de la hora para la que los habían citado. Eso es prolongar la agonía. Yo no soy de los que piensan que esto "le ha venido bien a Lorca" porque no creo que el dinero ayude a muchos que están refugiados en casa particulares o en su segunda vivienda. No son los casos más exigentes los que se encuentran en los campamentos. Hay otros drama que se van conociendo poco a poco y son de difícil arreglo: ¿qué va a ser de los que tienen una hipoteca, han perdido su casa y han de seguir pagando la hipoteca? Bien es verdad que han de solucionarse los problemas de los que no posean vivienda, pero no porque sean inmigrantes, sino porque son personas, de las que, supongo, se ha comprobado su carácter de damnificados por el terremoto. También se han visto personas que no poseen viviendas y han vivido en malas condiciones. Pero esa es otra actuación social. Porque se ha de atender a todos los que pagan impuestos, con los que se van a arreglar las casas, porque no todos ellos irán al campamento, aunque sean necesitados, porque su cultura social es otra.


                                              Antiguo edificio de las Siervas de María abatido por la piqueta, en su día,
                                                                 con todas las bendiciones y por ruina

6
qué queda
que más puede hacer el hombre
sino clamar ante tu altar
Señor
por esas y mil cosas y situaciones vividas
determinantes
de ruegos
ascos
angustias
y tal vez también
de ese alejamiento que padecemos
de lo que llamaron Jerusalem
y ahora no sabemos su significado
ni a qué venía ese clamor
esos ruidos

(De Desolada sonrisa. José Luis Molina, 1975)


Ilustración de (c) Remacha Grau para Desolada sonrisa, libro que recogía mis impresiones sobre la riada de 1973.

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