martes, 5 de abril de 2011

LOS DÍAS DESDE LA CALA




1.
"La relación de la poesía con el pensamiento es absolutamente obvia e importa señalar a ese propósito que la diferenciación entre la actividad poética y la actividad pensante es ajena a formas de cultura distintas de la nuestra, como las correspondientes al mundo extramemorial. La filosofía, al constituirse independientemente como tal, se separa de la poesía y de las ciencias. Pero aun constituida como saber absoluto, no puede desligarse ni de los conocimientos de las ciencias parciales ni de la palabra poética"

(Antonio Muñoz Molina en Michael Pfeiffer, El destino de al literatura).

2.
Barbara, celarent, darii, ferio

Si uno ansía que ocurra lo que teme
y uno teme la muerte;
si jamás lo que ansiaste se cumplía,
siempre que tu deseo fuese hierro constante:
qué fácil ser eterno, si no fuera
tan fácil olvidarse de la muerte.

Si los muslos que tocas se disgregan
y los muslos que ensueñas se endurecen;
si por mucho que vivas, como el mármol
no más de treinta pares de muslos te son dados;
date prisa, disgrega.

Supuesto que no sabes lo que quieres
y que todo lo que quieres, como es justo,
respeta los precios del mercado.

Si uno ansía que ocurra lo que teme
y los precios que tocas se disgregan,
qué fácil olvidarte de la muerte
soñando que tu cuerpo se congrega.


(Juan García Hortelano, Echarse las pecas a la espalda, Hiperión, 1977)

3.
Nada parece tan irreal como esta cotidiana
costumbre de humo geométrico que emborronando
va los latidos mágicos del tiempo sombrío.

Es de vivir el deseo y la hondura de este
peso de piedra materialmente encajada en
el adusto ceño hace lamento en el contrito
estado de humano que padezco oscuramente.

La tristeza que viene de tan lento
desengaño largo pone, en la esperanza
de muerte, el conjuro de todos los daños
que nunca debieron ser permitidos.


(Esto escribía yo mismo en 1981, en una Antología del Club Internacional de Escritores).

4.
"Porque crear Poesía, a fin de cuentas, es fabricar un aparato verbal: componer de un modo líricamente coherente una serie de palabras para que recojan y transmitan eficazmente algo que el poeta piensa y siente pero no puede decir con el lenguaje común. Porque, repetiremos una vez más, si lo que dice la Poesía puede decirse también en prosa, ¿para qué el verso? La Poesía, desde luego, no es un decir bonito, ni un adorno: es una necesidad que, al hacerse consciente de sí misma, engendra una técnica: Un técnica -insisto- que no es un lujo sino que viene perentoriamente demandada por todo lo que en el hombre hay y habrá siempre de inexpresado".

(Gabriel Celaya. Exploración de la poesía, Seix Barral, 1971)

5.
"Decirse, al componer una poesía: descubro otro trozo de mundo que ya conozco en parte, ayudarse a hacer este descubrimiento con referencia a lo ya conocido, cuidar en fin cuanto hay bueno y justo en el propio pasado. No pretender nunca dar el salto hacia lo desconocido, renacer de golpe una mañana. Utilizar las colillas de la noche anterior y convencerse de que el tiempo -el antes y el después- es sólo una obstinación. Pero, sobre todo, no hacer nunca de serpiente, no desechar nunca la piel: porque, ¿qué tiene el hombre de propio, de vivido, sino precisamente lo que ya está vivido? Pero mantenerse en equilibrio, porque ¿qué tiene que vivir el hombre sino precisamente lo que todavía no vive?"

(Cesare Pavese. Oficio de vivir. 17 de febrero de 1936).

6.
XVIII
"Trabajo por decir: no detenerme a pensar demasiado lo que digo, entregarme desnudo a la palabra que se me entrega, herirla con insano amor, para que gima su secreto, insistir en la tortura de la voz con un libro de lógica en los ojos, olvidarme del libro, de los libros, de la lógica de los libros, gritar sin que me importe que el grito descoyunte los espejos".

(Alfonso Canales. Año sabático.1976).

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