miércoles, 13 de abril de 2011

LOS DÍAS DESDE LA CALA








Estaba al comienzo de la tarde en ello, es decir, acabando un soneto medio burlesco, ha salido así, para este apartado de La Cala. No sé qué tenía que decir pero algo ha habido bueno en la mañana para mí: he entrado en el mar por vez primera y he estado dentro más tiempo del que recuerdo nunca. El agua está fresca, pero lenta y tranquila, clara, límpida, celeste, aunque, como mujer, la mar, cambia según, como todos sabéis. Ha pasado más de un año, porque, por estas fechas, el pasado estaba dolorido y no podía meterme en el agua. He sido generoso, no le he dicho nada. Esperaba a mañana para hablar con ella y contarle mis impresiones, pero tampoco sé si podré. Tengo que acabar el soneto, no sé cómo está aún, porque he sido interrumpido cuando esta casi concluso. Bueno, aunque seguro que corregiré algo que no me "suena", no es el ritmo, sino el sonido, cómo suena algún verso, ahí va para contento de los que me sigue en el blog:

Tantos libros ni en una casa caben
ni en sueños de lector empedernido.
Los estantes llenos, será su nido
el suelo, en columnas, pues todos saben

su pobre domicilio. Quizá acaben
arrumbados, alguno carcomido,
otro deshojado, este letraherido.
¡Sean malditos los que menoscaben

mi patrimonio escrito! Roto el canto,
mi libro favorito, el peregrino,
de argumento feliz y fin dichoso,

mallleva su destino y rompe en llanto.
Miro la pilastra alta, bebo vino,
del autor no sé, el título, borroso.

(13 de abril de 2011)


Somnoliento (soñoliento) estaba en el sillón de las siestas, cercanas las cinco (17 p.m.), cuando he sido sacado de mi abstracción por un señor, Teodomiro Risueño, que se decía alcalde de la Villa de Iniesta y lo era. Me comunicaba, como presidente del jurado calificador, que me habían concedido el premio de Poesía VILLA DE INIESTA, que conlleva una aportación económica que disfrutarán mis nietos y los libreros. Así que, si no pasa nada, es decir, Deo volente, iré a Iniesta el día 1 de mayo y recogeré mi premio y el diploma acreditativo. No está bien que, a mi edad, participe en estas cosas de jóvenes, pero INIESTA me atraía desde hace un tirón. Todos los años recibo las bases y este he enviado un poema que no está nada mal y que luego pondré en este lugar.


No partamos de "poesía", término indefinible. Digamos "poema" como diríamos "cuadro", "estatuas". Todos ellos poseen una cualidad que comienza por tranquilizarnos: son objetos, y objetos que están aquí y ahora, ante nuestras manos, nuestro oídos, nuestros ojos. En realidad, todo es espíritu, aunque indivisible de su cuerpo. Y así, poema es lenguaje. No nos convencería esta proposición al revés. Si el valor esté tico es inherente a todo lenguaje, no siempre el lenguaje se organiza como poema. ¿Qué hará el artista para convertir las palabras de nuestras conversaciones en un material tan propio y genuino como lo es el hierro o el mármol a su escultor?
(Jorge Guillén. Lenguaje y poesía. 1969).


El hombre interior es el que se vuelve sobre sí mismo, donde encuentra a Dios. El hombre exterior es el que vive vuelto hacia la realidad que le rodea, anhelando poseerla, es el hombre concupiscente. Las concupiscencias o clases de concupiscencia son tres, la concupiscencia de la carne, la "concupiscencia de los ojos" y la ambitio saeculi, la voluntad del dominio del mundo o las libidines de dominar (principandi), de "ver" (spectandi) y de sentir (sentiendi).
(José Luis Aranguren. Estudios literarios. 1993)

Veremos si puedo volver a este menester o mañana será otro día.

Ilustraciones:
Fotografía del mar en los alrededores de Calabardina: J. L. M.
(c) Gustave Caillebotte: Joven leyendo.
(c) Edward Burne-Jones: The Golden Stairs

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