sábado, 16 de abril de 2011

LOS DÍAS DESDE LA CALA







C.
Hay días en los que resulta más difícil hacer las cosas que uno tiene previstas. Por ejemplo: buscar en Internet quién era Aliocha Coll. Al final, algo he visto, pero no me decido a buscar sus libros porque me puede pasar lo mismo que con Félix Francisco Casanova y su El don de Vorace. Era poeta y escribió esta novela que, por las razones que sea, ne he abierto, a pesar de que me lo he propuesto muchas veces. Pero hay algo que me impide comenzar: el que su lectura no sea tan interesante como hace saber el editor. Yo creo que quisieron tejer una leyenda porque lo más que destacan es su fallecimiento a los 19 años. Alguna vez la leeré. Pero no sé cuándo.

A.
Voy a poner en su lugar en la estantería que le corresponde El oficio de vivir de Cesare Pavese. Voy a dejar en la Cola un pensamiento que escribe un 21 de octubre de 1940. "Como lo que un hombre busca en los placeres en un infinito, y nadie renunciaría nunca a la esperanza de conseguir esta infinitud, he aquí que sucede que todos los placeres acaban en disgusto. Es un hallazgo de la naturaleza para apartarse de ellos violentamente".

L.
La fuente (Ingres)

Sobre la fuente había piedra limpia.
Limpia el agua pasaba.
Había sol y campo. Tu serena
carne se ofrecía
caliente el viento hecho gracia.
Pasé yo por tu lado. Enhiesta estabas,
cántaro a la cadera, a regresar.
Pasé yo por tu lado. Fresco niño,
a detenerme iba. Tú alargaste
tu gesto permanente y me dijiste:
Pero, pasa...

Y pasaba, pasaba largamente, prolongando
bajo tu sombra mi estancia.
Cuando ya mi cuerpo estaba lejos
y junto a tu sombra el agua.

(Vicente Aleixandre. Ámbito, 1976)

A.
Luis Alberto de Cuenca es la primer meditación del día. Que cada uno extraiga su consecuencia.

No pienses en el día oscuro, en el día que nadie
responde, en el día en que tienes un dios enfrente.
Piensa en la otra jornada, aquella en que venciste
al enemigo o ganaste en el juego, aquel día feliz
en que todo te sonreía. Que tu ejemplo en la vida
sea siempre lo que gozaste, no el sufrimiento.
(Alberto de Cuenca. La caja de plata, 1985)

B.
Hoy es Domingo de Ramos. Es el comienzo del rito del sacrificio. Pero, en el inicio de la Semana Santa o Semana de Pasión, conviene la exaltación, para mostrar después el desprecio. Y van y te lo recuerdan. Es propio de la naturaleza humana, al parecer.
Pueri Hebraeorum
portantes ramos olivarum,
obviaverunt Domino,
clamentes et dicentes
Hosanna in excelsis.
Pueri Hebraeorum
vestimenta prosternaban in vía,
et clamabant dicentes:
Hosanna filio David
benedictus qui venit
in nomine Domini.
Los niños de los Hebreos,
llevando ramos de olivos,
se acercaron al Señor,
clamando y diciendo:
Hosanna en la alturas.
Los niños de los Hebreos
ponían sus vestidos en el camino
y clamaban diciendo:
Hosanna al Hijo de David,
bendito el que viene
en nombre del Señor.

A.
Volveré con otro cántico gregoriano antes de que se acabe la Cala, porque ahora recojo el pensamiento de un amigo, Pedro Miguel Lamet: "Hoy día el hombre auténtico, cuando quiere sentirse a sí mismo palpitando en el centro de una verdad sin adjetivos de conductores eléctricos y estruendo de transistores, corta distancia entre la ciudad y su búsqueda, y, pasando incluso por encima de urbanizaciones, bungalows y paradores, huye hasta ese rincón conde puede ser el único testigo de la hierba, el árbol y el agua. Es allí donde parece como si naciera de nuevo, reconociendo a aquel hombre que fue, cuando, en verdad, era hombre y no un-ser-util-para, un instrumento al fin y al cabo de la Tecnópolis".

R.
Si se me preguntara por qué mi apoyatura a determinadas -o todas- reflexiones de otros autores, os contestaría que así queda mejor porque todos me conocéis y, en un momento dado, cuando se ha obstruido el capricho o surge la discrepancia de lo que uno piensa, siempre lo mejor del mundo, se me puede recordar, como al Niño Jesús, si acaso no soy el hijo del carpintero. Por eso me he ido a hacer milagros a otro sitio y así no me recuerdan el pasado. Pero nadie tiene que explicarse por qué uno es como es, sino aceptarlo, si se quiere, o, en caso contrario, abandonar su trato. Si yo hiciera alguna reflexión brillante, se pensaría que cómo he podido hacerla yo y no ellos. Pero eso viene de muy lejos.

D.
La propuesta política de la mañana, porque todo es política, o, dicho de otra manera, no hay nada inocente, según mis cortas luces, procede de Kant: "La emisión de deuda, como ayuda que el Estado busca, dentro o fuera de sus límites, para fomentar la economía del país -reparación de carreteras, colonización, creación de depósitos para los años malos, etc...- no tiene nada de sospechoso. Pero, si se considera como instrumento de acción y reacción entre las potencias, entonces se convierte en un sistema de crédito compuesto de deudas que van aumentando sin cesar, aunque siempre garantizadas de momento -puesto que no todos los acreedores van a reclamar a la vez el pago de sus créditos-, ingeniosa invención de un pueblo comerciante en nuestro siglo". Sí señor, esto es lo que escribía Immanuel Kant en el siglo XVIII en un tratadillo titulado La paz perpetua. Por eso, ninguna forma de gobierno mejor que la que enseña la república independiente de Ikea. O la de la Cala, que tampoco está mal, sobre todo por cada uno se levanta a la hora que le da la gana.

I.
Escucho como sordina, pues el eco procede de otra habitación, la celebración en televisión de la bendición de las palmas y eso me recuerda mi infancia. Hasta en la casa de los ateos colgaban una palma. Y es que hasta los ateos creen en Dios. Al menos hay anécdotas en ese sentido.
Occurrunt turbae cum floribus el palmis Redemptoris obviam el victori triumphanti digna dant obsequia; Filium Dei ore gentes praedicant et in laudem Christi voces tonant per nubila: Hosanna.
Más o menos, esto quiere decir lo siguiente: "Las turbas se acercan con flores y palmas al Redentor y le dan obsequios dignos al vencedor triunfante; las gentes aclaman con gritos al Hijos de Dios y sus voces se alzan en alabanza de Cristo hasta el cielo: Hosanna".
Pues que los blancos saquen su procesión. Y una apreciación para los Pasos: hay que ganar en el propio campo. La invasión del campo contrario, que no enemigo, es un objetivo casi vacuo. Aunque haya rivalidad, porque Caína está en todas partes.

N.
"El camino de la interior paz es ajustarnos en todo con lo que la divina voluntad dispone. Los que todo quieren que suceda y se haga conforme a su gusto no han llegado a conocer este camino ni quieren andar por él, y así viven una vida amarga y desabrida, siempre inquietos y alterados, sin encontrar con el camino de la paz, que es el de la total conformidad con la divina voluntad. Esta conformidad es el yugo suave que nos introduce en la región de la paz y serenidad interior". Así escribía Miguel de Molinos antes de 1675, año de su aparición en Italia. Diez años más tarde es condenado por la Inquisición. ¡Qué poco dura la felicidad en la casa del pobre!... Así se pierde un camino espiritual que, a parecer, no era concomitante con la versión oficial de la Iglesia. Aquí, en las pedanías altas de la Cala, no llegan los decretos leyes, ni las imposiciones ideológicas. Somos todos hombres con experiencia y detrás de cada uno de los que hemos renunciado a la vida urbana hay una historia.

A.

LA TRAMPA DEL CAZADOR

El cazador con su lazo

me persigue hasta la almena.

Yo me oculto en su regazo.

Nada oscuro me enajena.

Si me dejo ser cazada

y en la mesa me consume,

yo me siento consumada

y en el celo se resume.

¡Oh, lance de cacería!,

que hasta al dulce pensamiento

donde el corazón me hería

alcanzaba el sentimiento.

El cazador que acosaba

sin lebrel ni flecha alguna

tras mis pasos siempre andaba

mientras alta era la luna.

En silencio duerme ahora,

la cabeza reposada

en lo que era caza otrora,

gacela de la camada.

Si la gacela corriera,

ni el cazador la alcanzara.

Mas, ¿por qué camino fuera?

Quería que me tomara.

Y, comida sin presura,

todo mi ser exultaba.

Nunca hubo tal hermosura

cuando el cazador me amaba.

¡Oh silencio que acrecienta

el gozo de los sentidos!

Sólo el cazador contenta

fervores nunca sabidos.

La noche manaba el alba

y mi alma se deleitaba

viendo dormida la malva

mientras la luz se iniciaba.

Acabada la tarea

se reposaba el torrente.

Coronada de azalea,

era ya virgen prudente.

Recorrida mi morada,

vivía mi vida nueva.

No carecía de nada

en mi corporeidad de Eva.

Lazo cambió por el lecho

el cazador que es mi amado.

Sólo caza bajo el techo

la presa que yo le he dado.

De mi fuente sólo bebe,

de mi caza sólo sabe,

todo el cazador me debe

y en mi vida sólo cabe.

La ciencia de él aprendida

me dirige por atajo.

Por él me llega la Vida

y conozco sin trabajo.

Si el cazador antes viera

la presa tan encelada,

¿acaso tanto corriera

de la noche a la alborada?

El cazador con su lazo

me persiguió hasta la almena.

Yo me oculté en su regazo.

Nada oscuro me enajena.

Este poema me pertenece. Está inspirado en los poemas de San Juan de la Cruz. Es sólo un ejercicio literario o quizá algo más. Pues que concluya bien el Domingo de Ramos.





Ilustraciones: (c) Virgen de los Dolores, Paso Azul. Procesión de las Palmas. Mujer medieval. Interpretaciones medievales de la procesión de las palmas.

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